Volodomir Zelensky ha reculado

21.02.2025

Volodimir Zelensky ha reculado. Ahora sí está dispuesto a aceptar el acuerdo mejorado con los Estados Unidos, mediante el cual gran parte del territorio de Ucrania será negociado por los Estados Unidos para su definitiva transferencia a soberanía rusa, y para que el territorio restante pueda funcionar como un protectorado americano: con enormes ventajas en la extracción de minerales y tierras raras, las cuales serían comercializadas preferentemente por Estados Unidos, y en particular por empresas que cuenten con el beneplácito del dirigente republicano Donald J. Trump. Hablar mal de Trump ha resultado tan nocivo como hablar mal de Chávez, en la época en que se instauró esa costumbre en Venezuela. La diferencia es que los cambios que efectúa Trump son necesarios para restaurar un orden mundial, basado en las fuerzas geopolíticas, mientras que Chávez destruyó una Venezuela que venía pujante durante el ya lejano gobierno de Carlos Andrés Pérez. 

La comparación más relevante como siempre es entre Ucrania y Venezuela cuyos presidentes se enfurecen para posteriormente recular. Ha sucedido con Nicolás Maduro y ahora sucede con Volodimir Zelenski, ambos anonadados con la hermosura, la inteligencia, la sagacidad y el pragmatismo de Donald Trump, quien por cierto sí está interesado en reunirse con Ucrania. Para reunirse con Ucrania deberán haber elecciones, y las elecciones deberán ser convocadas por Zelensky. Para convocar elecciones hace falta un alto al fuego. Estados Unidos está contribuyendo al no enviar un céntimo más a Ucrania. Imaginemos los ahorros diarios de los atribulados contribuyentes, que pagan impuestos en Estados Unidos, cuyos fondos ya no será desviados a los agentes de corrupción que conchupan entre Ucrania y Estados Unidos. 

Zelensky tendrá que ir por Europa a solicitar más fondos, lo cual quizás no resulte rentable. Fico, el presidente de Eslovaquia, ya se ha quejado que Zelensky es un chulo y lo único que hace es solicitar dinero a Europa. Debería reconocer que los países de Europa también tienen necesidades internas, y que el mundo no gira en torno a las pretensiones personales, egoístas de Zelensky y su camarilla, para fomentar una guerra que les produce beneficios económicos, depositados en cuentas bancarias en las islas Caimán, islas Bahamas u otros paraísos fiscales. Es interesante observar que Volodimir Zelensky, a partir de ahora negociará exclusivamente con el presidente de los Estados Unidos o sus enviados. Ayer estaba el enviado especial para Ucrania, haciendo las veces de Richard Grenell cuando viene a Venezuela. Por lo menos Ucrania y Venezuela somos países importantes, a los cuales Estados Unidos nos asigna un enviado especial, y se mantiene en permanente contacto con las informaciónes que tengan algo que ofrecer a los Estados Unidos.

Ucrania puede ofrecer tierras raras y territorio para gasoductos rusos, que ahora serán aliados de los Estados Unidos, a través de empresas petroleras que se apoyarán mutuamente. Ese gas y ese petróleo podrá ser vendido eficientemente por quien obtenga el beneplácito de Donald Trump en toda Europa, de modo que los mercados europeos estarán abiertos nuevamente a los productos rusos. Para ello Europa deberá eliminar las sanciones. Si Europa no elimina las sanciones contra Rusia, entonces Europa no participará con una silla en la mesa de negociaciones, sino que continuará conformando parte del menú a degustar por Rusia y Estados Unidos. Hay claridad que sí habrá una silla para Ucrania después que Zelensky logre un alto al fuego, y luego que Zelensky convoque a elecciones, y luego que Zelensky pierda las elecciones, y luego que el nuevo presidente electo de Ucrania asuma la presidencia.

El planeta ahora conformará mecanismos de precaución para asegurarse que no vuelvan a ocurrir fraudes electorales, parecidos al recientemente ocurrido en Venezuela y el nuevo presidente de Ucrania. Sí participará en las negociaciones entre los Estados Unidos y Rusia, ya que para ese entonces estará clarísimo que Ucrania nunca conformará parte de la OTAN. Los países de Europa como sabemos han devenido un novedoso califato chino. Sólo les quedará comprar petróleo y gas a Rusia, transportados en infraestructuras comerciales americanas. 

Observamos con preocupación como la oposición en Venezuela continúa muy alineada a Europa. Se siguen quejando de Donald Trump, por el asunto de los delincuentes migratorios venezolanos, que junto con el Tren de Aragua han invadido a los Estados Unidos: de población que Estados Unidos no solicitó. No se acostumbran a la idea que nuestros ciudadanos serán deportados de los Estados Unidos y repatriados en Venezuela, donde los necesitamos para repoblar el país y emprender obras de envergadura y desarrollo económico. Siguen habiendo quejas de la oposición venezolana. Por ese detalle se olvidan de la geopolítica internacional, que es la que mueve todas las fichas: incluyendo las nuestras. Se siguen aliando con Europa. Europa no pinta nada, mientras que si fuéramos inteligentes tanto Ucrania como Venezuela, Rusia y los países árabes de la OPEP podríamos aprovecharnos inmensamente de esta situación: negociar con Donald Trump según nuestros mejores intereses. 

Si los venezolanos logramos que Donald Trump considere el petróleo venezolano como petróleo americano, el cual puede ser distribuido a Europa y África, y solamente una porción es refinada en las instalaciones de Citgo en el Golfo de México, de modo que no compita con el resto del petróleo estadounidense, todos los petróleos americanos podrían estar en bloque en negociaciones de la OPEP. Si el objetivo de los Estados Unidos es jugar en las Grandes Ligas petroleras, al igual que China y Arabia Saudita, una alianza entre Estados Unidos y Venezuela sería fantástica para los números totales de los Estados Unidos, y para la infraestructura venezolana en la cual participarían todas las petroleras: no únicamente Chevron sino también por ejemplo Valero.

Será interesante observar cuál será la definición geopolítica que tome la empresa española Repsol, ya que posiblemente a Repsol le convenga participar junto con Donald Trump en el negocio de distribución de petróleo ruso por Europa, a pesar de la reticencia de Pedro Sánchez quien es posiblemente uno de los más reptiles eurocentristas, embriagados en corrupción, quién visitará Kiev en Ucrania durante los próximos días. España no es relevante en la geopolítica ucraniana, rusa y mucho menos americana, dado que Donald Trump está buscando por todos los medios de apoyar a Santiago Abascal para que algún día logre ser presidente del gobierno español. 

La situación electoral en Alemania nos recuerda a la campaña electoral entre Hillary Clinton y Donald Trump en el año 2016, cuando todas las encuestas estimaban a Hillary Clinton como ganadora, pero se sabía que el momento y la intención de voto crecían claramente a favor de Donald Trump. Se sabía que las encuestas podían estar subestimando la votación a favor de Donald Trump, y sobreestimando la votación a favor de Hillary Clinton. Pareciera ser que en Alemania la votación por el candidato de los partidos tradicionales está siendo sobreestimada, y la intención de voto por la candidata de la AfD pudiese estar siendo subestimada, en las encuestas que cambian diariamente. Desde la Cumbre de Munich hemos visto una clara tendencia positiva hacia la opción de la AfD, lo cual tiene en ascuas a los políticos europeos de carrera: quienes están acostumbrados a dominar la eurocámara. No sabrán qué hacer si la nueva canciller resulta ser esta señora del AfD, que impondrá estritos límites de inmigración y no podrá ser insultada como detractora de los derechos sociales, ya que ella misma es una lesbiana con pareja estable. Ella pareciera combinar lo mejor de los movimientos de izquierda y lo mejor de los movimientos de derecha. La nueva Europa que pudiese generarse si la AfD toma el poder en Alemania no necesariamente tendría que ser la destrucción de la Unión Europea, pero sí veríamos una continuidad de la escena de motosierra que Javier Milei le ha prestado a Elon Musk.

En Estados Unidos también se están tomando muy en serio la reducción de gastos públicos redundantes. Estamos escuchando los quejidos de burócratas ineficientes que no desean ser despedidos. Si a usted no le gusta la motosierra, probablemente usted es un enchufado de dineros corruptos del sector público, y usted deberá analizarse por qué tiene tanto miedo a ser exitoso en el sector privado, mediante la libre competencia. Lamentablemente los venezolanos hemos estado tan acostumbrados a una cultura de mediocridad, ineficiencia y corrupción, que si no hemos aprendido a comportarnos según las reglas del libre mercado, pues nos tocará hacerlo de un modo gigantesco. 

No hacemos mucho caso a las ocurrencias anacrónicas de Nicolás Maduro, acerca del gobierno comunal que se instaurarán tras las elecciones pautadas para mayo de 2025, en las cuales participarán los colaboracionistas y los oficialistas. La oposición mediante la Plataforma Unitaria ha determinado que no participaremos en dichas elecciones, ya que deberían cumplirse cuatro condiciones que en la práctica serían imposibles de ser honradas por el oficialismo. En la plataforma Patria nos han generado un nuevo cuestionario de si estamos interesados en participar en el nuevo gobierno comunal, y basta contestar que no a esa pregunta. De todos modos una encuesta de la plataforma Patria no es una votación del CNE, y probablemente los informáticos internos que revisan las respuestas de las encuestas de la plataforma patria sean más honestos que Elvis Amoroso. Si reciben nuestra respuesta en algún momento comentarán a Nicolás Maduro: que la gente no está interesada en el gobierno comunal. Nicolás Maduro se dará cuenta que ni en China ni en Rusia están interesados tampoco en el gobierno comunal. El capitalismo geopolítico que ofrecen Donald Trump y Richard grenell es atractivo para la dictadura de Nicolás Maduro. Es previsible que esta moda comunista y comunal se vaya desvaneciendo paulatinamente de los discursos de Nicolás Maduro.

La embajada de Chile, en lugar de publicar airosos comunicados solicitando que a los huéspedes de la residencia Argentina sean enviados mediante salvoconducto a Buenos Aires, han decidido restablecer relaciones diplomáticas con el régimen de Nicolás Maduro. Se ha consumado el precedente que tanto estan temiendo en Vente Venezuela: la comunidad internacional ya no puede ser movida por un obsoleto convenio de Caracas, que exigía todo tipo de garantías a las misiones diplomáticas. La geopolítica del siglo XXI sugiere que el verdadero poder de las armas y de la persuasión entre las altas esferas gubernamentales, prevalecen sobre interpretaciones que fueron sugeridas como convenios diplomáticos, hace muchas décadas. Fueron firmados en otras condiciones geopolíticas. Aconsejamos a Vente Venezuela abortar este capítulo, que no les conviene más y tiene poco efecto mediático.

Los únicos que se están ocupando de la Embajada Argentina en Caracas hoy en día son Gastón y los de la guarimba digital, justamente porque es un programa basado en Argentina, pero en Venezuela esa página ya se pasó. No hemos pasado la página de las elecciones, y continuamos firmemente adscritos a los lineamientos de María Corina Machado, Pedro Urruchurtu, Magalli Meda, Omar González, Claudia Macera y el señor Villalobos: de abstenernos en las irritas elecciones regionales, municipales y de diputados: que serán celebradas irritamente durante el mes de mayo. Deploramos la actitud de alacranes como Manuel Rosales, Henrique Capriles o Andrés Caleca quienes quieren participar. Nosotros no participaremos. Los incluiremos en el saco de alacranes al cual anteriormente ya habíamos ingresado a Ecarri, Brito, Bertucci, El Conde del guácharo, y demás alacranes. Ahora son muchísimos pero tienen pocos seguidores. De todos modos falta mucho para esas elecciones y no les podemos dedicar mucho tiempo ya que la geopolítica mundial está interesantísima.

La aveniencia de la Afd en la política alemana, y por consiguiente europea son muy relevantes. Quizás esa nueva formación política, que está cada vez más cercana a ocupar el poder en Alemania y en Europa, a través de aliados que posiblemente irán conquistando países, posiblemente dejemos de lado la actual situación. Ojalá sea temporal que Europa se haya convertido en un califato chino, y que no hay más nada que hacer. Si logramos que de Europa se deporte a todos los inmigrantes ilegales de origen musulmán, que planifican atentados racistas contra cristianos y judíos, será más fácil efectuar deportaciones parecidas desde Gaza: para que Estados Unidos pueda administrar su nueva Riviera, junto con los países árabes con recursos económicos tales como Bahrein, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Omán e incluso Irán. 

Si logramos efectuar un buen acuerdo nuclear, pudiesen generar una situación de paz y concordia entre países islámicos con el beneplácito de Israel. Será interesante conocer qué ocurrirá con Irán. Ya sabemos que Israel y los Estados Unidos están firmemente determinados en alejar la amenaza iraní. Sin embargo en los últimos días el régimen de Irán ha sido sumamente cauteloso, al igual que el régimen de Venezuela, y no ha desencadenado mayores problemas a la administración Trump. A medida que Irán y Venezuela apoyen firmemente a Rusia, en sus negociaciones con los Estados Unidos, todos saldremos beneficiados: ya que Estados Unidos ahora se lleva bien con Rusia y podrá comprender cuestiones relevantes, que ocurren tanto en Irán como en Venezuela, que no son del conocimiento común del gobierno estadounidense. Quizás el nivel de odio y desprecio contra Irán y Venezuela se reducirá ligeramente en los Estados Unidos. Podremos tanto Venezuela como Irán conformar parte de los hermosos negocios petroleros que ofrece Donald Trump a Rusia, y por supuesto Irán y Venezuela deseamos también ser partícipes.