Venezuela patrulla mar territorial del Esequibo
Un buque de la marina venezolana patrullaba las aguas territoriales venezolanas, en disputa con Guyana, y observó buques petroleros que se rehusaron a ofrecer mayores detalles: de qué tipo de actividades estaban efectuando en la zona. Se les recordó que están ubicados ación en aguas territoriales de Venezuela, lo cual ha motivado que el presidente de Guyana efectuara variadas notas de protesta a la Caricom. También se pronunció el grupo de expresidentes que supuestamente venían junto con Edmundo González Urrutia a juramentarlo en Caracas. Hemos observado notas de protesta de la República Dominicana y de Paraguay, que son los mismos países que antes efectuaban notas de protesta por la situación política de Venezuela. Podemos inferir que nuestra integridad territorial se está viendo comprometida, por la compra de comunicados de carácter político. Asimismo también se ha pronunciado la subdivisión del hemisferio occidental del Departamento de Estado, alegando que existirán consecuencias contra Venezuela, si persiste patrullando aguas territoriales que en su opinión son de Guyana. Un similar comunicado ha pronunciado la oficina exterior del Reino Unido.
Aguas territoriales en cuestión están en disputa, ya que no existe un tratado limítrofe marítimo entre Guyana y Venezuela, como tampoco lo hay con Colombia. Venezuela sí dispone de fronteras marítimas plenamente delimitadas con los Países Bajos, con Francia, con el Reino Unido, con Estados Unidos, con la República Dominicana y con Trinidad y Tobago. Es necesario recurrir al diálogo con el gobierno de Guyana, para finiquitar por completo las controversias limítrofes que tenemos. Venezuela no ha aceptado la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia para los límites terrestres, y se apega al acuerdo de Ginebra, el cual establece explícitamente que en las tierras y aguas en disputa no se pueden efectuar inversiones económicas de gran magnitud, para provecho de uno solo de los países, sin el consentimiento del otro.
Guyana está violando el acuerdo de Ginebra, que fue firmado por el Reino Unido y Venezuela en 1966, antes de la independencia de Guyana. En ese momento era la Guayana Británica. Marco Rubio ha aprobado este comunicado de la división por el hemisferio occidental. ¿Dónde está la diplomacia? Venezuela ha intentado dialogar con Guyana desde hace muchos años, y el presidente Irfaan Ali en lugar de dialogar con las autoridades venezolanas, acerca de cuáles serán los límites definitivos tanto terrestres como marítimos, entre nuestras dos naciones hermanas, prefiere incrementar su participación militar. Busca apoyo militar de los Estados Unidos de modo similar a como Volodomir Zelenski ha estado efectuando en el chuleo de recursos europeos, durante muchísimos años.
Guayana Esequiba fue parte del territorio original de la gran Colombia durante nuestra independencia. Lamentablemente al dividirse la gran Colombia: entre Venezuela, Colombia, Ecuador y muchísimo después Panamá, en Guyana percibieron que ya no pertenecían a un país grande y sólido, sino a un paisito pequeño del cual se podían perfectamente separar. Por eso es tan importante repotenciar, junto con Colombia, Ecuador y Panamá, la restauración de nuestra nación original: de modo que los habitantes del Esequibo se sientan más comprometidos a su reincorporación a la gran nación de Suramérica. Del mismo modo, los habitantes de Canadá, Groenlandia y Puerto Rico están a la espera de poder finalmente ser incorporados a la potencia Regional de la América del Norte, que vendrían siendo los Estados Unidos de América.
Llama la atención en las declaraciones del ministro de exteriores del Reino Unido, que desean apoyar a Guyana en este conflicto: del mismo modo como quieren apoyar a Ucrania en su conflicto con Rusia. Pareciera que para el Reino Unido existen países buenos y países malos, lo cual contradice la exitosa estrategia de Donald Trump en los Estados Unidos de ponerlos a todos a dialogar para finalizar las guerras. Sin embargo existe el problema que: a medida que Estados Unidos abandona a Ucrania a su suerte, y le permite redefinir su futuro exclusivamente en manos europeas, seguimos manteniendo este conflicto con Guyana desde 1899, y quieren pasar la página. Entonces cuando la oposición venezolana nos está preguntando si hemos pasado la página de Edmundo González Urrutia y su Cobranza del Triunfo, obviamente seguimos presionando a la comunidad internacional que por favor permita que Edmundo González Urrutia logre ser presidente de la República de Venezuela.
Estamos muy pendientes al anuncio de la venidera visita de Edmundo González Urrutia, presidente electo de Venezuela al Estado de Israel. No hay aún confirmación de fecha para esa visita, y de resto no hay mucho más que podamos hacer sino esperar cinco largos años más, hasta que se emprenda una nueva campaña electoral presidencial. En esa oportunidad la oposición decidirá si participaremos o si preferiremos abstenernos de nuevo, para el periodo presidencial 2031-2037. Sin embargo entre 2025 y 2029 faltan muchos años. Es probablemente en este lapso cuando la Corte Internacional de Justicia emitirá un fallo definitivo, acerca de la controversia terrestre limítrofe entre Venezuela y Guyana. Mientras no se produzca ese fallo, Venezuela tiene todo el derecho de seguir patrullando sus aguas territoriales.
Nuestras aguas territoriales tienen el gran problema que no han podido ser delimitadas, ya que no conocemos cuál sería su punto de partida: pues las fronteras definitivas aún no las conocemos. Venezuela no reconoce las fronteras terrestres establecidas en 1899, y tampoco se ha discutido entre Venezuela y Guyana cuál sería la orientación de la línea divisoria de las aguas entre ambos países. La tesis venezolana es una línea que comenzaría en la desembocadura del río Esequibo y se extendería hacia el noreste, mientras que la posición de Guyana es una línea que comenzaría en Punta de Playa y se dirigiría hacia el norte. La aspiración venezolana implicaría que Guyana no podría tener acceso al mar Caribe, y la posición guyanesa implicaría que Venezuela no podría tener acceso al Océano Atlántico.
Es absolutamente lamentable que países hermanos como Venezuela y Guyana, que compartimos una población mestiza entre diversas raíces europeas, africanas, asiáticas y amerindias, que hablamos idiomas oficiales europeos tales como el inglés y el español, y que compartimos un territorio similar: ambas confiamos en los recursos petroleros para nuestro desarrollo, y estamos llevando esta disputa en función de los intereses comerciales de la Chevron en Venezuela y la Exxon Mobil en Guyana. La realidad es que tanto Chevron como Exxon Mobil históricamente han ejercido operaciones petroleras, tanto en Guyana como en Venezuela. La integración latinoamericana y del Caribe es necesaria. Se ha relegado únicamente a foros internacionales. Se necesita mayor comunicación entre nuestros pueblos.
Hemos reiterado la necesidad que exista una carretera de penetración venezolana hacia Guyana por nuestras fronteras comunes, y de desarrollo de la población del Esequibo. Guyana ha hecho caso omiso a todas estas sugerencias. La actitud de Guyana es hostil y ciertamente hace pensar que Irfaan Ali se está comportando como Volodimir Zelensky, buscando apoyo militar del Reino Unido y de los Estados Unidos. Debemos recordar que los Estados Unidos desea finalizar guerras, tal como explícitamente dijo Donald Trump. No comprendemos por qué motivo Estados Unidos tendría que iniciar una nueva guerra en la confluencia del Caribe y el Atlántico en Suramérica, por solicitud de Guyana, cuando Venezuela es un país que está amigablemente recibiendo a los deportados, y efectuando gestiones para que los intereses petroleros de Estados Unidos no se vean afectados por las sanciones, o por el posible levantamiento de la licencia 41. Más bien nuestras compañías petroleras: es decir PDVSA, Chevron y otras empresas interesadas en continuar el negocio petrolero en Venezuela, estamos explorando alternativas para trascender la licencia 41, que quizás logre ser revocada por la OFAC a partir del próximo 1 de abril.
El mes de marzo prometerá mayores noticias y actualizaciones respecto a cómo será el futuro petrolero de Venezuela. Sin embargo podemos observar que existe una contradicción en las afirmaciones de Donald Trump: que no necesitan petróleo venezolano, cuando sí necesitan petróleo guyanés que es aproximadamente de la misma calidad. ¿Qué tiene el petróleo de Guyana que no tenga el petróleo de Venezuela? ¿Por qué los Estados Unidos permiten que empresas americanas como la Exxon Mobil perforen petróleo en aguas territoriales en disputa con Venezuela? Venezuela reclama dichas aguas como suyas: no existe ningún tratado internacional que le dé titularidad a esas aguas a Guyana. Por consiguiente no deberían estar explorando petróleo allí. Sin embargo se está haciendo un lobby para impedir la explotación petrolera, en tierras y aguas completamente venezolanas.
Trinidad y Tobago ha tenido que intervenir, porque ve amenazada su producción petrolera dados los numerosos proyectos conjuntos que tiene con la Shell y con PDVSA en el mar territorial limítrofe entre Trinidad y Tobago y Venezuela. Siempre nos hemos preguntado por qué Trinidad y Tobago es tan amigable a Venezuela, y Guyana tan hostil. Idealmente en conjunto con Barbados y Granada conformamos una subregión fronteriza entre el mar Caribe y el Océano Atlántico, que merece una mayor integración económica y lingüística: comenzó durante los tiempos de la colonia y se ha mantenido durante la época independiente, de las diversas repúblicas presentes en la zona. También es significativo que la organización Alba se ha pronunciado a favor de Venezuela en este conflicto. El Caricom se ha pronunciado a favor de Guyana. Venezuela es un observador de la Caricom, y la OEA como es previsible bajo la presidencia de Luis Almagro, quien se ha jactado de redactar comunicados agresivos contra Venezuela durante todo su periodo como secretario general de la OEA, nuevamente arremete contra Venezuela y otorga soberanía a Guyana de unas aguas territoriales que no han sido delimitadas, que están en litigio, y que posiblemente ni siquiera se puedan dividir entre ambos países: ya que aún está pendiente la resolución del conflicto de la frontera terrestre.
Tenemos más de un siglo en esta controversia. Es importante que la comunidad internacional comprenda que hay una diferencia entre la Cobranza del Triunfo de Edmundo González Urrutia, como presidente institucional y democrático de Venezuela, y la necesidad que tenemos como país de defender nuestra integridad territorial, esté quien esté al poder. En estos asuntos geopolíticos de los límites territoriales y marítimos de la República de Venezuela, es indiferente si el gobierno es democrático o dictatorial: sigue siendo el mismo estado. Los venezolanos tenemos el deber patriótico de apoyar los esfuerzos de nuestro país, por recuperar su territorialidad. Durante toda nuestra historia nos hemos dejado quitar territorio por Colombia y por Guyana. Es necesario que nuestras fuerzas militares se aboquen a defender nuestras fronteras terrestres y marítimas, especialmente si la Exxon Mobil está explorando petróleo en aguas territoriales venezolanas, lo cual contraviene el régimen de sanciones que ha impuesto Estados Unidos, contra actividades petroleras en Venezuela.
De seguir siendo permitidas estas actividades de exploración petrolera en aguas venezolanas, por parte de la Exxon Mobil, sería necesario que nuestro país reciba: las inversiones, beneficios e impuestos generados por dicha extracción. Aplaudimos la decisión de Donald Trump, Vance y Marco Rubio de zafarse a Volodomir Zelensky de encima y mandarlo de vuelta para Europa. Estamos muy contentos que sean el Reino Unido, Francia y demás países europeos los que estén interesados en defender a su continente, a poner a su soldados y utilizar su dinero para sus problemas continentales de Europa. Aquí en América tenemos una comunidad interamericana que aún no se ha puesto de acuerdo.
Existe una campaña de descrédito contra la posición venezolana de no reconocer el laudo arbitral de París de 1899, y en contra del derecho que asiste a Venezuela en considerar las aguas territoriales adyacentes a nuestro territorio como aguas territoriales soberanas venezolanas, mientras no estén formalmente delimitadas. Le hemos pedido en numerosas oportunidades a las autoridades de Guyana que dialoguen con nosotros. En lugar de dialogar, están buscando incursionar a potencias como el Reino Unido y Estados Unidos, a un presunto conflicto bélico: lo cual obligaría que las fuerzas armadas de Venezuela se repotencien. Hemos visto como en la OTAN hay una necesidad que los países europeos se apertrechen militarmente. Posiblemente sea necesario efectuar lo mismo en Venezuela, ya que nosotros somos responsables de nuestra soberanía. Tal como hemos visto en las promesas de los expresidentes latinoamericanos, que decían que iban a acompañar a Edmundo González Urrutia a juramentarse en Venezuela, nos engañaron y ahora están alegremente asignándole a Guyana una soberanía de aguas venezolanas.
Instamos que exista diálogo entre nuestros países hermanos. Quizás esto requiera la mediación de Estados Unidos junto con Rusia, a través de Donald Trump y Vladimir Putin, quienes parecen dos líderes internacionales de alto calibre: dispuestos a dialogar. Será necesario que discutan sus visiones: ¿cómo serían las esferas de influencia rusa y americana en los diversos continentes? ¿cómo podríamos lograr acuerdos a plena satisfacción de Guyana y Venezuela para la explotación de nuestros recursos petroleros y de tierras raras, tanto en Guyana como en Venezuela? Este tipo de industrias son del interés tanto de Estados Unidos como de Rusia. Por supuesto tanto Venezuela como Guyana necesitamos integrar nuestras sociedades en el marco suramericano. Es necesario que Venezuela proporcione acceso a Guyana a todo el mercado de Hispanoamérica, y es necesario que Guyana facilite el acceso de Venezuela a la Comunidad del Caribe angloparlante.
República Dominicana tiene crecientes relaciones comerciales con Guyana. Tiene una apreciable población migrante venezolana. En el pasado no muy remoto muchos dominicanos venían a Venezuela a vivir, para enviar remesas a la República Dominicana cuando ellos eran un país pobre. Esperemos que sea relativamente solucionado el asunto de Ucrania, en el sentido que Estados Unidos por fin haya logrado liberarse del fastidio de tener que ocuparse de Europa, y pueda concentrarse mejor en resolver sus intereses tanto en Venezuela como en Guyana, pues los tiene en ambos lugares. Sería conveniente que Estados Unidos considere el planteamiento que Irfaan Ali se está comportando de un modo similar a Volodimir Zelensky, quien recientemente fue catalogado como dictador. Ya sabemos que Maduro también es otro dictador, pero tampoco Donald Trump ha hecho suficiente por cobrar el triunfo de Edmundo González Urrutia, a quien ni siquiera ha recibido ni entablado conversaciones. De facto el reconocimiento de Estados Unidos es hacia el régimen de Maduro. Es necesario que dialoguen, no únicamente sobre deportaciones ni licencias petroleras, sino también de la crisis geopolítica permanente, debida a la no resolución del conflicto limítrofe: tanto terrestre como marítimo entre Venezuela y Guyana.