Venezuela con tecnología nuclear iraní
Es posible que Irán transfiera tecnología nuclear a Venezuela. Desde la época de Hugo Chávez, Venezuela expresó interés en un programa nuclear supuestamente pacífico. En 2005, Chávez habló abiertamente de ello y en 2009, Venezuela e Irán firmaron acuerdos para explorar uranio en territorio venezolano. Incluso se rumoró que Venezuela buscó apoyo nuclear de Brasil con posible mediación Irani, aunque Brasil lo desmintió. Irán ha avanzado en su programa nuclear, enriqueciendo uranio al 60%, un nivel cercano al necesario para armas nucleares. Su relación con Venezuela es estrecha. Han colaborado en proyectos militares como drones y misiles. En 2009 se reportó un programa conjunto entre la empresa venezolana CAVIM y el Ministerio de Defensa Iraní, financiado por PDVSA. Aunque Venezuela ratificó el tratado de prohibición de armas nucleares en 2018, y su crisis económica hace improbable un programa nuclear activo, la opacidad de esta alianza preocupa a Estados Unidos, Israel y Guyana.
Si las sanciones a Irán se redujeran, podría facilitarse el intercambio de tecnología o expertos nucleares con Venezuela. No hay evidencia concreta de un programa nuclear venezolano hoy, pero el tema sigue vigente. Más allá de lo nuclear, Irán y Venezuela han fortalecido su cooperación en petróleo, comercio y conectividad aérea. En 2022 firmaron un acuerdo de veinte años para intercambiar crudo venezolano por condensados iraníes, esenciales para diluir el petróleo extrapesado de la faja del Orinoco. Este acuerdo incluye proyectos conjuntos entre PDVSA y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán, como la modernización de refinerías venezolanas, con una inversión iraní estimada en 500 millones de dólares hasta 2025. Ambos países han ampliado el intercambio de bienes. Irán exporta vehículos y maquinaria a Venezuela, Mientras Venezuela envía cacao y productos petroquímicos, alcanzando un volumen comercial de 3,000 millones dólares en 2024. Según el Ministerio de Comercio Iraní, la Aerolínea Estatal Irani Mahan Air opera vuelos regulares entre Teherán y Caracas: con dos frecuencias semanales desde 2023, fortaleciendo la conectividad y el turismo bilateral.
Qatar también ha emergido como un actor clave en las relaciones con Venezuela y Guyana, especialmente en el ámbito energético y diplomático. Con Venezuela, Qatar mantiene fuertes lazos desde 1973 con visitas de alto nivel como las del Emir Sheikh Tamim Bin Hamad Altami a Caracas en 2015, y las de Nicolás Maduro a Doha en 2015, 2016 y junio de 2022. Estas visitas han consolidado acuerdos en petróleo y gas con PDVSA, explorando oportunidades de inversión con Qatar Petroleum por 7,000 millones de dólares. En 2024, Venezuela invitó a Qatar a invertir en sus sectores de petróleo, gas y minería, destacando oportunidades prometedoras. Con Guyana, Qatar ha intensificado su relación desde la visita del presidente Irfáan Ali a Doha en mayo de 2023 y la del emir a Georgetown en septiembre de 2023. Culminaron en un memorando de entendimiento en 2024 para consultas políticas regulares y cooperación energética de Qatar a Guyana como un productor de petróleo en rápido crecimiento, como un socio estratégico para diversificar su influencia en América Latina. Su neutralidad en la disputa por el Esequibo lo posiciona como un posible mediador.
Negociaciones continúan entre Estados Unidos e Irán. Se han celebrado varias rondas de diálogos indirectos mediadas por Qatar y Omán. Abas Arachi, ministro iraní de Relaciones Exteriores y Steve Witkoff, enviado especial de Trump lideran estas conversaciones. Irán propone una empresa conjunta de enriquecimiento nuclear con países árabes y Estados Unidos. Washington exige que no haya enriquecimiento en suelo iraní, una línea roja para Irán. Qatar ha jugado un papel crucial como mediador buscando puntos en común. Israel y Arabia Saudita observan con atención. Israel considera el programa nuclear iraní una amenaza existencial y aboga por medidas duras, mientras que Arabia Saudita podría beneficiarse de una distensión que estabilice los mercados energéticos. Si estas negociaciones logran reducir sanciones a Irán, Venezuela podría beneficiarse con apoyo técnico y diluyentes para su crudo extrapesado.
En 2025, un incendio devastó la refinería de Baiji en Irak, la más grande del país. Este incidente interrumpió la producción petrolera iraquí, lo que podría elevar los precios globales y beneficiar a productores como Venezuela. El levantamiento de sanciones de OFAC a Alejandro Flemin, exministro, y Leonardo González, expresidente del Banco Industrial de Venezuela, marca una señal de buena voluntad de Estados Unidos: o un indicio de avances en negociaciones que facilitarían acuerdos más amplios, como la extensión de la licencia de Chevron en Venezuela. Chevron opera bajo la licencia general 41B que expira el 27 de mayo de 2025. Scott Besent y Richard Grenell han propuesto extenderla, argumentando que Chevron asegura la seguridad energética y limita la influencia de China y Rusia. Si no se extendiera, empresas chinas, rusas o iraníes podrían tomar esos activos, fortaleciendo los lazos de Venezuela con el hemisferio oriental.
Si Chevron se retira en julio tras vencerse la nueva extensión de licencia, probablemente dará de baja sus activos como sus participaciones en campos petroleros como Petropiar o Petroindependencia con PDVSA, lo que podría significar pérdidas de cientos de millones o incluso miles de millones de dólares. ¿Podría Chevron operar clandestinamente desde Venezuela? En teoría sí, mediante triangulación o asociaciones opacas, pero las sanciones de Estados Unidos y los desafíos logísticos lo hacen altamente improbable. Además, en un contexto de conflicto. ¿Pueden empresas como Chevron o Exxon Mobil asegurar sus activos contra la guerra? Existen seguros de riesgo político ofrecidos por entidades como la DFC, DPC o Lloyd's de Londres, que cubren pérdidas por inestabilidad o daños relacionados con conflictos, hasta 1000 millones de dólares por proyecto. Las primas son altas, las condiciones estrictas y una guerra total caería bajo cláusulas de fuerza mayor, dejando brechas significativas.
Chevron y Exxon Mobil también son actores clave en Guyana, especialmente en el bloque Stabroek, donde Exxon Mobil lidera un consorcio con un 45% de participación, junto a Hess del 30% y CNOC 25%. Este bloque que abarca 26,800 km² produce más de 600,000 barriles por día, con planes de superar 1,2 millones para 2027. Guyana recibe un 2% de regalías y un 50% de las ganancias después de la recuperación de costos, lo que equivale a unos 1,000 a 2,000 millones de dólares anuales. Exxon Mobil retiene una cantidad similar, tras recuperar hasta el 75% de los ingresos por costos. Exxon Mobil también tiene participaciones del 35% en varios bloques en fase exploratoria, pero ha sido criticado por usar ganancias del bloque Stabroek para financiar estas operaciones. Parte del bloque Stabroek, específicamente su porción noroeste, cae dentro del territorio marítimo reclamado por Venezuela como extensión de la costa del Esequibo.
Un nuevo riesgo para Exxon Mobil surge con la ley de prevención y respuesta a derrames de petróleo de Guyana, aprobada el 16 de mayo de 2025. Esta ley exige garantías financieras para cubrir daños por derrames, inspecciones regulares y responsabilidad total por impactos ambientales. La falta de cumplimiento puede resultar en la suspensión o revocación de licencias, amenazando las operaciones de Exxon Mobil. En comparación las leyes ambientales de Venezuela, como la Ley Orgánica del Ambiente y la Ley de Hidrocarburos, también exigen responsabilidad por derrames, pero la aplicación es débil: con PDVSA asumiendo la mayor parte de la responsabilidad, lo que reduce el riesgo para operadores extranjeros como Chevron. La ley de Guyana, aunque más estricta, tiene lagunas que podrían favorecer a Exxon Mobil, dejando a Guyana vulnerable a costos excesivos.
La reciente propuesta de China para el diálogo sobre la disputa Guyana Venezuela, emitida desde la embajada china en Georgetown, fue rechazada por Guyana enfatizando el proceso de la Corte Internacional de Justicia. Se prepara escenario para entender apuestas geopolíticas más amplias. Venezuela reclama el Esequibo, que representa dos tercios del territorio administrado por Guyana, basándose en fronteras históricas y rechazando el laudo arbitral de 1899. Un referéndum en diciembre de 2023 mostró que el 95% de los venezolanos apoyan la ocupación, seguido de despliegues militares cerca de la frontera. La Corte Internacional de Justicia ordenó el 1 de diciembre de 2023 mantener el status quo, pero Venezuela rechaza la jurisdicción de la Corte, y realizó ejercicios militares en respuesta a la visita de un buque de guerra británico a finales de 2023.
Venezuela planea elegir gobernador de Guayana Esequiba, señalando intención de formalizar control. Guyana insiste en una resolución a través de la Corte Internacional de Justicia rechazando el diálogo. Venezuela desconoce la jurisdicción de la Corte. Estas elecciones son un punto de inflexión crítico, elevando la probabilidad de escalada a alta, ya que Guyana podría responder con medidas militares o diplomáticas. La tensión se ha intensificado con incidentes recientes. Tres ataques contra soldados de la Fuerza de Defensa de Guyana, cerca del río Cuyuní, fueron atribuidos a hombres armados venezolanos, lo cual fue condenado por Guyana como una violación de su soberanía. Venezuela alega que soldados guyaneses atacaron a ciudadanos venezolanos dedicados a la minería ilegal, calificando de operación de falsa bandera para justificar una intervención extranjera.
Estos eventos reflejan una desconfianza mutua que podría derivar en enfrentamientos mayores si no se manejan con cuidado. La postura de Guyana es firme. En noviembre de 2023, el presidente Irfaan Ali declaró que el tiempo para la negociación había terminado, insistiendo en que el laudo arbitral de 1899 es vinculante. Se apoya en fallos de la Corte Internacional de Justicia y el apoyo de aliados como Estados Unidos y Caricom. La mayoría de las naciones caribeñas, especialmente los miembros de Caricom, apoyan la posición de Guyana. Trinidad y Tobago, Bahamas, Jamaica y Surinam han respaldado explícitamente la confianza de Guyana en la Corte Internacional de Justicia. Cuba ha apoyado históricamente a Guyana en esta disputa, mientras que San Vicente y las Granadinas ha desempeñado un papel facilitador, albergando conversaciones en diciembre de 2023. Las posiciones de la República Dominicana y Haití no están claras, inclinándose potencialmente hacia la neutralidad.
En un escenario de guerra, las naciones de Caricom probablemente ofrecerían apoyo diplomático a Guyana con Estados Unidos, proporcionando ayuda militar, mientras que Cuba y San Vicente y las Granadinas podrían presionar por la desescalada. La participación de China añade complejidad. Políticamente, China ha fortalecido los lazos con Guyana a través de la visita del presidente Ifraan Ali a Pekín en 2023, y con Venezuela mediante la visita de Maduro en el mismo año: centrándose en la cooperación económica. China posee una participación del 25% en el bloque Stabroek de Guyana a través de CNOC, y ha invertido 60,000 millones de dólares en préstamos a Venezuela para proyectos petroleros, iniciativa de la franja y la ruta de la seda. La propuesta de China para consultas amistosas fue rechazada por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Guyana y el vicepresidente Barrat Hagdeo, calificándola de improcedente y fuera de lugar. Guyana criticó el silencio de China sobre las elecciones previstas por Venezuela en el Esequibo.
Un acuerdo militar entre Maduro y Putin, firmado el 7 de mayo de 2025 durante las celebraciones del día de la victoria en Moscú, fortalece la posición de Venezuela. Este pacto de cooperación estratégica a 10 años incluye colaboración técnico-militar que podría implicar suministros de armas, ejercicios conjuntos o apoyo estratégico. La presencia de Maduro en Moscú, junto a líderes de China y Brasil subraya el apoyo de Rusia a Venezuela frente a la presión occidental, aumentando su confianza para actuar de manera más agresiva en el Esequibo. Conversaciones diplomáticas en San Vicente y las Granadinas en diciembre del 2023, y Brasil el 25 de enero de 2024, acordaron evitar el uso de la fuerza: con más discusiones previstas para 2025. Se estableció una comisión conjunta durante la reunión de San Vicente y las Granadinas.
El chavismo probablemente dominará la nueva Asamblea Nacional de 285 escaños, aunque la oposición podría ganar gobernaciones en estados como Miranda o Zulia. La suspensión de vuelos entre Venezuela y Colombia anunciada el 19 de mayo de 2025 responde a supuestas amenazas de mercenarios colombianos, según Diosdado Cabello, y ha afectado el comercio y los viajes. Corte Suprema de Estados Unidos permite a Trump cancelar el estatus de protección temporal para 350,000 venezolanos. Esto fortalece la posición de Estados Unidos en negociaciones con Maduro, usando la amenaza de deportaciones masivas como palanca, pero reduce las posibilidades de que Chevron renueve su licencia.
Colombia, alberga a más de 2,8 millones de venezolanos y enfrentaría mayor presión migratoria. Maduro podría negociar la aceptación de deportados a cambio de concesiones o licencias. Un momento definitorio es la llamada entre Donald Trump y Vladimir Putin, enfocada en lograr un alto al fuego en Ucrania. Putin propuso un memorando para la paz, exigiendo sesiones territoriales que Volodomir Zelensky rechaza. Rusia y Ucrania sostuvieron conversaciones en Estambul, donde intercambiaron 1000 prisioneros, pero no lograron un acuerdo. La probabilidad de un alto al fuego duradero es baja. En las provincias ucranianas anexadas por Rusia en 2022: Donestk, Lugansk, Zaporiya y Gerson, los combates persisten con intensidad variable.
En Donestk, la ciudad de Bahmut sigue siendo un punto focal con enfrentamientos esporádicos cerca de las líneas del frente, donde las fuerzas rusas controlan aproximadamente el 60% de la región. En Lugansk los combates se concentran en Severodonetk, con Ucrania lanzando contraataques para recuperar territorio, aunque Rusia mantiene el control de la mayoría de la provincia. En Zaporiya, la central nuclear de Enercodar permanece bajo ocupación rusa con tensiones por posibles sabotajes. Ucrania ha recuperado la ciudad de Gerson, pero las áreas rurales al este del río Nieper siguen disputadas, con bombardeos reportados en Nova Kakovka. La situación en estas regiones refleja una guerra de desgaste con avances limitados y alto costo humanitario.
Turquía también juega un papel relevante en las relaciones con Venezuela y Guyana, principalmente a través de la cooperación económica y diplomática. Con Venezuela, Turquía ha fortalecido los lazos con un comercio bilateral que alcanzó los 1,200 millones de dólares en 2024. Según el Ministerio de Comercio turco, Turquía exporta alimentos, textiles y maquinaria a Venezuela; mientras importa oro y petróleo. Turkish Airlines operando vuelos regulares entre Estambul y Caracas desde 2016. El presidente Erdogan expresa apoyo a Maduro frente a sanciones occidentales, y Venezuela buscado inversión turca en minería y energía. Con Guyana las relaciones son más recientes pero crecientes. Turquía ha proporcionado ayuda humanitaria y cooperación técnica, incluyendo la construcción de escuelas y hospitales tras la visita del ministro de exteriores turco a Georgetown en 2022. Según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía, en la disputa por el Esequivo, Turquía ha adoptado una postura neutral, abogando por el diálogo y ofreciéndose como mediador potencial, alineándose con su rol en conflictos como Ucrania. Sin embargo, su apoyo a Guyana es limitado por su alianza estratégica con Venezuela, lo que podría restringir su involucramiento a esfuerzos diplomáticos en foros multilaterales.
Israel teme que un acuerdo fortalezca a Rusia e Irán, alimentando las ambiciones nucleares de este último, mientras que Arabia Saudita busca estabilidad en los mercados energéticos. Qatar es un mediador que interviene en Ucrania y Gaza, y en las negociaciones entre Estados Unidos e Irán. En un conflicto entre Guyana y Venezuela, aliados de ambos países probablemente se involucrarían. Estados Unidos con alta probabilidad apoyaría a Guyana, con ayuda militar o sanciones contra Venezuela para proteger las operaciones de Exxon Mobil. Rusia podría suministrar armas o apoyo diplomático a Venezuela en la ONU, aunque un despliegue directo es improbable. Brasil y Caricom actuarían con moderada probabilidad, enfocándose en mediación y apoyo diplomático.
Otros actores globales también tienen intereses en juego. India ha expresado un fuerte apoyo a Guyana, abogando por una resolución pacífica a través de la Corte Internacional de Justicia y alineándose con potencias occidentales como Estados Unidos y el Reino Unido. Esto podría influir en Pakistán, rival histórico de la India, para considerar un apoyo simbólico a Venezuela, especialmente dado el acercamiento de Venezuela a países árabes como Irán y Palestina. Sin embargo, las prioridades regionales de Pakistán, su alianza con China, que permanece neutral y la falta de respaldo árabe significativo a las reclamaciones de Venezuela sobre el Esequivo, hacen improbable un apoyo sustancial.
En Gaza, el conflicto entre Hamás e Israel trasciende fronteras con Israel: vigilando de cerca las ambiciones nucleares de Irán. China ve oportunidades económicas en un mundo multipolar, lo que podría fortalecer su influencia en regiones como América Latina, aunque su neutralidad en el conflicto Guyana Venezuela limita su rol a la diplomacia. Las preocupaciones nucleares, las dinámicas energéticas, los conflictos regionales y las jugadas de poder global están profundamente entrelazados. Cada evento tiene eco global. Si los esfuerzos legales y diplomáticos fracasan, el riesgo de conflicto aumenta, pudiendo involucrar a aliados como Estados Unidos y Rusia.
