Rubio y Lavrov liman diferencias en Riyad

21.02.2025

Las delegaciones de Rusia y los Estados Unidos se han reunido en Riyad, capital de Arabia Saudita, donde finalizarán completamente las divergencias por las guerras fría y de Ucrania. Repondrán embajadas completamente funcionales, tanto de los Estados Unidos en Moscú, como de Rusia en Washington. Restaurarán a todos los diplomáticos necesarios para relaciones fluidas. Este trámite burocrático pudiera llevar cierto tiempo, ya que es necesario que enormes edificios que ahora están casi vacíos, por ausencia de personal, sean llenados con diplomáticos calificados para emprender esta nueva pacificación, en los países más importantes de la comunidad internacional. Luego los Estados Unidos designará un enviado especial para la pacificación de Ucrania, y todas estas negociaciones deberán ser aceptables tanto para Rusia como para Ucrania, y quizás para la Unión Europea. Por los momentos la Unión Europea sigue castigada, y no podrá seguir participando de tan importantes reuniones, ya que se percibe a la Unión Europea como un organismo interesado en perpetuar la guerra indefinidamente, seguir enviando tropas, y en general posicionando una narrativa favorable a la teatralidad. Zelensky desea luchar una guerra hasta ganarla, sin importarle que miles de soldados rusos y ucranianos sean triturados.

En las últimas etapas del proceso de negociación, es decir dentro de varias semanas o meses, pudiese ser invitada a la Unión Europea de nuevo, como premio de consolación para forzarla a levantar las sanciones que sean necesarias contra Rusia, Ya que Rusia no estará agrediendo más. Será interesante conocer cuál será el mecanismo de fronteras: las líneas fronterizas definitivas en las cuales se supone que el este de Ucrania y el sur de Ucrania serán cedidos o transferidos a Rusia, en el armisticio resultante. Ucrania quedará sin salida al mar, como un pequeño país en el interior de Europa Oriental. Los rusos también tenían la objeción que Zelensky es un dirigente ilegítimo, y por consiguiente no pueden dialogar con él ya que su término de validez ha expirado, lo cual es parecido al caso de Nicolás Maduro: quien también es ilegítimo pero de todos modos todos los poderes se entienden con él, porque es quien tiene el poder. Algo parecido ocurre desde que en 2014 se posicionaron las narrativas libertarias de Ucrania y Venezuela. Quizás la comunidad internacional no tomó decisiones correctas, o los ucranianos y venezolanos estuvimos muy ciegos por el resentimiento. Algo mal debió haber ocurrido que ni en el caso de Ucrania ni en el caso de Venezuela se alcanzaron soluciones relevantes y duraderas. Hoy vemos como tanto Ucrania como Venezuela siguen inmersas en conflictos permanentes, sin ningún tipo de solución.

El presidente Donald Trump ha sido entrevistado acerca de Venezuela. No tiene idea aún de qué va a hacer. Lo único que contesta es que la administración anterior de biden fue un desastre. Echa la culpa de todo lo que ocurre en Venezuela a la administración anterior de Biden. Dice que está pensando algo, pero en este momento no se le ocurre nada específico. También reconoce que los esfuerzos del régimen de Maduro y Cabello han sido eficientes en la aceptación de los deportados, que se decía que no iban a ser aceptados y sí lo son. Eso ha ganado puntos de la usurpación con Trump. Nótese también que Trump se refiere a Venezuela únicamente cuando le preguntan, pero si fuera por él dejaría ese tema aplazado hasta el último momento. Así que no nos extrañemos que cada mes se renueven automáticamente las licencias de Chevron, y Trump decida ocuparse de temas más importantes. Seguirá dejando a Venezuela relegada a la última prioridad. Es necesario también acotar que Donald Trump y Vladimir Putin se reunirán personalmente durante las próximas semanas, en algún lugar quizás del Medio Oriente como pudiese ser Arabia Saudita, o quizás los Emiratos Árabes, y así podrán seguir resolviendo problemas de Ucrania, de Gaza y posiblemente de Venezuela.

Las grandes potencias están interesadas en dibujar estrictamente cómo serán las fronteras de sus respectivas esferas de influencia. Dado que ya Venezuela es parte de la esfera de influencia rusa, sería necesario observar cómo sería la transferencia de Venezuela desde la esfera de influencia rusa hacia la esfera de influencia americana. Esto es algo que sólo lo pueden decidir entre Donald Trump y Vladimir Putin. Nótese también que Vladimir Putin lleva sopotocientos años en la presidencia de Rusia. Nunca son necesarias elecciones para confirmarlo. Cuando se efectúan elecciones es una mera formalidad, y al ser Venezuela parte de la esfera de influencia rusa, al igual que Arabia Saudita en donde también suelen haber cambios de poder de tipo monárquico, no es requerido presentar actas, ni elecciones, ni resultados. Por consiguiente toda esta narrativa de la democracia es obsoleta y no funciona. En estas diatribas geopolíticas de altísimo nivel, relativas a las esferas de influencia americana, china y rusa que dominan al siglo XXI, recuérdese que Europa es un bastión de la democracia. 

La democracia hoy en día es percibida como un puñado de liderazgos populistas, que dicen lo que sea para ganar elecciones. Una vez se enchufan en el poder proceden a incurrir en actos masivos de corrupción administrativa. La democracia es percibida como un sistema mentiroso, que ofrece y no cumple, en un contexto de poblaciones que votan en elecciones de modo irracional: por quien salga más bonito en la foto, o por quien hable mentirijillas más piadosas, o por quien obedezca las mejores estrategias de mercadotecnia. La democracia está tan devaluada que resulta poco probable que una narrativa de actas, y porcentajes de escrutinios, sean relevantes en quién ejercerá el poder en un país. Es muy lamentable que la democracia sea mal vista en la comunidad internacional, pero es necesario que los demócratas reconozcan que en múltiples oportunidades los pueblos se han equivocado eligiendo a líderes mentirosos, pero con mucha labia. 

La conversación futura que mantengan Vladimir Putin y Donald Trump decidirá los destinos de Venezuela. Una vez ocurra esa conversación sabremos si nos mantendremos dentro de la esfera de influencia rusa, o si seremos transferidos a la esfera de influencia americana, tras alguna concesión reparatoria que pudiese conceder Estados Unidos a Rusia, como pieza de canje por transferencia de territorio entre esferas de influencia. Es importante también destacar que, entre los acuerdos a los cuales están llegando Marco Rubio y Sergey Lavrov, no sólo está el descongelamiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia, sino que también se establecerán nuevas relaciones económicas: lo cual dará acceso a empresas como la Chevron para explotar petróleo también en Rusia. 

A pesar de toda la retórica de Donald Trump sobre dinero petrolero que beneficia a Rusia o a Venezuela, no es menos cierto que la Chevron al ser una compañía americana efectúa en sus contratos, y en sus flujos de caja, múltiples aportes a otras empresas: tanto americanas como de los países en donde opera el lobby de la Chevron. Dichos aportes al partido republicano son particularmente amplios. Las excelentes relaciones que ha cultivado la Chevron, con todos los regímenes autocráticos con los cuales Donald Trump es ahora tan amigo, resultará posiblemente en una claudicación de lo que digan los asesores de ala dura de Trump, a favor de las relaciones petroleras en Chevron, especialmente si esta compañía logra participar de un modo activo en la producción doméstica de gas y petróleo en los campos de fracking, en territorio de los Estados Unidos. Es aún muy temprano, tal como dijo Donald Trump para definir qué ocurrirá con Venezuela. 

Marco Rubio ahora se encuentra rumbo a los Emiratos Árabes Unidos, país donde por cierto estuvo Zelensky. Estaremos atentos a lo que ocurra en las reuniones entre Marco Rubio y los liderazgos de los Emiratos Árabes Unidos, ya que es posiblemente el país del mundo árabe más cercano al capitalismo de mercado: con una vibrante economía que nos recuerda mucho al caso de Japón o Corea del Sur: son países no occidentales, que han asumido como propia la cultura empresarial occidental. Posiblemente Marco Rubio transmita en los Emiratos Árabes las instrucciones de Donald Trump de ayudar a la deportación de los ciudadanos de Gaza. Serán recibidos por los países que les otorgarán refugio permanente, y quizás una nueva nacionalidad. Una vez Gaza sea limpiada y segura se podrán emprender hermosos proyectos de bienes raíces. Los Emiratos Árabes tendrán la oportunidad de desarrollar lotes en Gaza, como si fuesen extensiones de Dubai o Abu Dhabi. Estamos en un histórico momento, donde la tradicional cultura árabe sucumbe ante las mieles y perfumes de las bienes raíces capitalistas: con el toque de Donald Trump que todo lo vuelve pomposo, rimbombante y exitoso mediáticamente.

Fue notoria la presencia en Ginebra, Suiza del presidente electo de Venezuela Edmundo González Urrutia, quien sigue evadiendo la necesidad de juramentarse. Ha recibido un nuevo premio por el coraje, junto a María Corina Machado quien también ha recibido el premio del coraje por internet, a través de videollamada. Los venezolanos estamos anonadados y asombrados de la cantidad de premios, vítores, reconocimientos y fanfarrias, con los cuales la comunidad internacional agasaja a Edmundo González Urrutia y a María Corina Machado, sin aún haber logrado tomar el poder. Es para eso para lo cual ellos fueron electos. Esperemos que el dinero recolectado por esos premios pueda ser invertido en el desarrollo económico de Venezuela. El coraje ha resultado una palabra sinónima de muerte segura, tal como lo hemos visto con los valientes soldados rusos y ucranianos. Han luchado por sus vidas durante tantos años para desplazar las fronteras de sus países. Terminan muriendo y luego tienen que llegar Putin y Trump a negociarlos en un diálogo. Para que se efectúe ese diálogo entre los tenedores de poder de las esferas de influencia, es necesario que haya mucha gente con coraje dispuesta a morir. El discurso del coraje en Venezuela nos ha proporcionado miles de presos políticos, que siguen presos y que no se liberan. 

Esperar que la comunidad internacional se ocupe de los presos políticos es poco prioritario, ya que primero hay que detener las guerras de Ucrania y Gaza, y conseguirle una solución a Taiwán. No tenemos claro cuál será el futuro de Taiwán. Hay quienes dicen que Taiwán será reabsorbido por China, pero consideramos que Estados Unidos ha hecho tantas concesiones a Rusia, e inclusive a China que prácticamente Europa está siendo cedida por Estados Unidos a beneficio de China. que será la única potencia capacitada para desarrollar a una Europa destruida. Las relaciones militares entre Japón, la India, Estados Unidos, Australia y Corea del Sur son tan pujantes que posiblemente Taiwán, junto con Filipinas, permanezcan en la esfera de influencia americana. Además China posiblemente logrará conservar trozos ganados en su esfera de influencia exterior en Suramérica, como es el caso de Perú y por supuesto Europa, que es la gran mina de oportunidades para la expansión geopolítica china. No descartaríamos que el tema independentista de Taiwán se mantenga vigente durante algunos años más. Quizás no haya un desenlace definitivo, sino el mantenimiento indefinido del status quo actual. El mundo tampoco parece particularmente interesado en retomar misiones diplomáticas formales con Taiwán, ya que eso genera iracundas reacciones de la China comunista. El tema de Taiwán al igual que el tema de Venezuela se mantendrán en espera, mientras las prioridades de turno: Gaza y Ucrania se mantienen al tapete. 

La política interna venezolana ha llegado a niveles de extinción. No observamos campaña electoral para diputados, alcaldes y concejales. La gran mayoría de la ciudadanía ya ha decidido que lo mejor es abstenernos, para que no nos vuelvan a robar. La única interrogante sería: una vez transcurrido el plazo que nos separa hasta finales de abril, luego de celebradas esas elecciones los partidos y personas que hemos decidido abstenernos en esta oportunidad ¿tendremos que idear un nuevo plan? Hasta ahora no lo hemos sugerido. Para el tema político de Venezuela postelectoral también habrá que esperar. Estos meses de enero y febrero han resultado complicados, ya que teníamos las tomas de posesión de Edmundo González Urrutia y Donald Trump, y los reacomodos geopolíticos resultantes de dichas tomas de posesión. Ya la administración de Donald Trump va tomando forma, y es previsible que los anuncios trascendentales comiencen a llegar algo más espaciados: en particular la noticia de Marco Rubio que será necesario expandir la operatividad de la embajada rusa en Washington, y la Embajada Americana en Moscú, nos dan una idea que se ha generado un cuello de botella, el cual habrá que resolver antes de resolver todo lo demás.

El planeta se irá acostumbrando que Estados Unidos y Rusia hoy en día son aliados. Los países tontos que creían que tenían que ser fieles a una de las dos esferas de influencia, se encuentran ahora en la incómoda situación que hoy todos somos aliados con todos los demás. Quienes eran nuestros enemigos ahora debemos abrazarlos. Posiblemente ése sea el caso de la usurpación de Nicolás Maduro: con una gran cantidad de países occidentales que ahora se están aliando con Rusia y con Donald Trump. Todo se ha vuelto un masacote. Será difícil dirimir cuál será la geopolítica resultante. Ni siquiera el mismo Donald Trump, tal como aseveró en su muy dudosa respuesta a las preguntas que le efectuaban sobre Venezuela, está claro sobre qué hacer con Venezuela. Donald Trump necesita mantener relaciones cordiales y amistosas con la usurpación, ya que Donald Trump necesita deshacerse del Tren de Aragua que está haciendo estragos en los Estados Unidos. 

Las deportaciones de venezolanos a su país de origen continuarán, hasta que no quede un solo inmigrante ilegal en territorio americano, ya que ésa es la promesa que nos han hecho Tom Honan, el zar de las fronteras y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, para deshacerse de tantos venezolanos delincuentes migratorios que pululan en las calles de los Estados Unidos. Hace falta tiempo: muchos vuelos de deportación, muchos recursos proporcionados por la usurpación a través de aviones de Conviasa. Para que Venezuela pueda sufragar esos recursos, requiere seguir vendiendo petróleo por medio de la Chevron: motivo por el cual es previsible que las licencias no sean suspendidas aún. Los negocios petroleros que pretenden hacer en conjunto Rusia y los Estados Unidos hacen entrever que quizás se forme un monopolio petrolero, o cartel en el cual no sería descabellado pensar que Estados Unidos ingrese a la OPEP, más del modo como ya Rusia está allí. Ninguna idea hoy en día es descabellada, especialmente cuando tenemos en la presidencia de Estados Unidos a Donald Trump quién suele pensar demodo autónomo.