Régimen y gobierno electo miden fuerzas

20.12.2024

El canciller colombiano Murillo anuncia extemporáneamente que durante agosto hicieron diligencias para que hubiese salvoconductos para rehenes asilados en Embajada Argentina. Lo dice ahora en diciembre. También se queja que nos enteramos por redes sociales, y que los asuntos diplomáticos deben dirimirse en secreto, en una era en la cual Elon Musk y Donald Trump absolutamente todo lo anuncian desde sus redes sociales, por la plataforma X en el caso de Elon Musk, y por Truth Docial en el caso de Donald Trump. De allí los consumidores mundiales de información extraemos directamente, y sin intermediarios, lo que necesitamos saber. Esos métodos políticos de hacerlo todo en secreto, y luego anunciar resultados de conciliábulos, está desfasado. La interacción del público a través de comentarios en podcasts resulta ser más eficaz.

Metodología ciudadana de verificación informativa ha recordado, a Murillo y a Petro, que no estamos dispuestos a aceptar condiciones de tipo chantaje o toma de rehenes, como lo que planteaba hacer Maduro: canjeando asilados venezolanos en Embajada Argentina, como a la ficha de cambio que desea extraer desde Ecuador. Esta revelación de Murillo acerca de una acción ocurrida hace meses no es relevante en el panorama actual, también denota acuciosos preparativos en cada bando. Los venezolanos ya hemos sido suficientemente advertidos por Edmundo González Urrutia, quien tiene un plan que no puede revelar muchos detalles. El oficialismo enfatiza un entrenamiento de milicias, efectuando actividades que en nada podrán repeler una extracción quirúrgica con el apoyo tecnológico avanzado que hoy en día dispone la comunidad internacional.

Es denigrante observar videos de la Asamblea Nacional de Cuba con un Raúl Castro viejísimo pero aún vivo, dando puñetazos a una mesa y admitiendo que su régimen está al borde del colapso y a punto de fracasar, a menos que emprendan alguna acción más allá de algunos aplausos. La ciudadanía cubana ya aprendió a protestar y se nutre en las experiencias opositoras venezolanas, para forjar su camino.

Tenemos a nuestra querida María Elvira Salazar como representante del Congreso en Washington, muy en contacto con Javier Milei de Argentina, quien sigue de cerca la situación de los rehenes recientes. Declaraciones tanto de Milei como de Patricia Bullrich y ahora María Elvira Salazar, y por supuesto Donald Trump, implican que sigue abierto el compás de espera hasta el diez de enero. Se espera que asuma Edmundo González Urrutia en Venezuela, y el 20 de enero asumiráa Donald Trump en Estados Unidos. Milei y Trump conjuntamente solucionarán esta crisis de rehenes, lo cual posiblemente detonará algún tipo de intervención multilateral, ya que la causa de guerra ya existe.

Diosdado Cabello promete que quizás algún día se publicarán los 15,000 jueces de paz titulares y los 15,000 jueces de paz suplentes, que la ciudadanía ya cataloga de sapos. ¿Cumplirá Diosdado Cabello esta promesa? Las promesas electorales más recientes del régimen incluyen no publicar actas en las páginas del CNE y también nos preguntamos: ¿En dónde serían publicados esos jueces de paz? La página web del CNE sigue caída. También hemos conocido que la salida de Chevron es prácticamente un hecho y se concretará en los primeros días de la toma de posesión de Donald Trump. Chevron ya no podrá seguir extrayendo ni comercializando petróleo venezolano en la comunidad internacional, puesto que Estados Unidos no necesita desembolsar dinero para financiar narcoterroristas.

Los criminales que Estados Unidos deporte a Venezuela deberán ser recibidos de inmediato por el régimen sin ningún tipo de negociación, ya que el régimen no tiene la fuerza necesaria para repeler este tipo de llegadas. Venezuela necesita irse planteando ¿qué haremos con los criminales deportados que lleguen cómodamente? Hemos asumido, al solicitar que la comunidad internacional resuelva todos nuestros problemas, que nuestros criminales deben ser cobijados por la comunidad internacional. Nos disgusta que sean repatriados, pero ellos tienen que regresar y tienen que pagar condena aquí. También pudiesen ser reeducados, tal como Bukele ya está logrando en El Salvador. Incluso algunos de los pandilleros están cursando estudios universitarios. 

Llama la atención que Delcy Rodríguez haya cambiado el nombre del Ministerio del Petróleo por Ministerio de Hidrocarburos, intentando restaurar un aura de cuarta república que el mismo chavismo había despreciado durante tanto tiempo. Ahora desean fomentar una imagen mediática de cambio restaurador, hacia formas antiguas que ellos mismos habían superado, pero que ahora la las ven como una tabla de salvación. Intentan confundir que ellos también son de derecha. La metamorfosis que el régimen intenta efectuar comunicacionalmente es grotesca y burda. Se nota a leguas. Esos cambios de nombre en nada cambian la realidad: los funcionarios de ese régimen están sancionados y buscados por la justicia internacional por lavado de dinero y violación de derechos humanos. 

En algunos sectores del oficialismo, y en otros sectores de aliados funcionales del oficialismo, y en general todos aquellos que adversan al presidente electo Edmundo González Urrutia, incluyendo alacranes, se siente temor a la inminencia de la toma de posesión de Edmundo González Urrutia. Repiten la máxima que comenzará una guerra civil en Venezuela y que tendrán que emigrar. Será interesante observar como acólitos del oficialismo huyen de Venezuela, mientras las grandes mayorías desplazadas en todo el planeta emprenden su viaje de regreso a Venezuela. Serían más los que regresen que los que se vayan.

El final para los acólitos del régimen no será pacífico porque ellos no lo pueden efectuar pacífico. Muchos imploran al régimen que acceda a los términos de una negociación que conduzca a su salida. Son desechados, desestimados y burlados. El régimen pretende seguir por siempre. Luego del premio Sájarov otorgado a Edmundo González y María Corina Machado, se percibe euforia europea por un año nuevo que promete ser restaurador: no sólo para América Latina sino también para Europa. Se prevén cambios de liderazgo en países como España, Francia y Alemania, todos los cuales parecen destinados a probar nuevos regímenes de derecha. Serán sustituidas fracasadas izquierdas que no han logrado progreso económico. Ahora aplauden la nueva situación de un Edmundo González Urrutia determinado a hacer valer la soberanía de su país, en conjunto con unos gobiernos de Milei en Argentina y Trump en Estados Unidos, cada vez más alineados por una política exterior común de cambio de régimen en Venezuela.

Existen seguidores del chavismo que aún defienden la toma de Nicolás Maduro sabiendo que perdió. Estamos constatando que existen personas que no creen en la democracia, quienes se sienten con derecho a imponer a un usurpador minoritario. No les gusta la alternativa de la persona que sí ganó las elecciones con mayoría de votos. No se puede tener clemencia hacia el chavismo: es posible perdonar errores cometidos en el pasado. No es permisible que se auspicie negar a quienes defendemos el derecho de la mayoría: que nuestro presidente electo sea juramentado. 

Es inviable poner bemoles y restricciones a quienes todavía piensan en los derechos humanos de los usurpadores. No respetan los derechos humanos nuestros. No respetan nuestra voluntad expresada en las urnas. No respetan la vida y la libertad de los activistas políticos que hicieron posible nuestra victoria. No están acostumbrados a perder. No quieren entregar porque no les gusta la derecha. Los alacranes posicionan una narrativa de posibles guerras civiles en Venezuela, cuando más bien observamos en Siria que la guerra civil que existió durante tanto tiempo está concluyendo. Igualmente concluirá en Venezuela. La ciudadanía está en la expectativa del 10 de enero de 2025: muchos están anhelando que los venezolanos salgamos a las calles nuevamente. Los estrategas políticos de oposición manejan muchas variables y muchos escenarios. Dilucidan cuál será el momento más oportuno para esa salida a las calles, que coincida con el regreso de Edmundo González Urrutia al país. 

Es interesante conocer el estado de desgaste al que serán sometidas las fuerzas militares en Venezuela, a quienes se les ha negado permisos navideños. Se busca impedir su agrupamiento fuera de instalaciones militares. El régimen así pretende silenciar las voces que dentro de las fuerzas armadas buscan rebelión. Esos militares ya saben quién será el presidente en funciones a partir del 10 de enero, porque conocen los resultados electorales. Ellos cuidaron los votos durante el plan República y posiblemente ya para el 10 de enero ellos nos revelen cuál será su método para persuadir o forzar a Nicolás Maduro a no juramentarse. 

En caso de sí juramentarse, Nicolás Maduro no podrá ejercer efectivamente el poder. Tenemos un cerco financiero: posiblemente nadie en el sistema internacional reconocerá transacciones efectuadas por el régimen. Las cuentas bancarias que aún dispone el régimen en bancos de otros países posiblemente ya sean adjudicadas al nuevo gobierno de Edmundo González Urrutia. Hay únicamente diez días de limbo hasta que asuma Donald Trump, quien en conjunto con Javier Milei definirá la respuesta continental de las Américas del norte y del sur, para sacar definitivamente al régimen de Venezuela a nivel económico. 

La ciudadanía está molesta por la devaluación reciente del bolívar, aunque comprendemos que el régimen raspa la olla. Intenta robarse lo que aún pueda, muchos posiblemente ya estén claudicando y buscando su salida. Al régimen no le queda más remedio que imprimir bolívares a como dé lugar, mediante la devaluación para cumplir viejos compromisos, muchos de los cuales habían sido calculados a una tasa de cambio de principios de año. Con esta ganancia cambiaria empobrecen más al venezolano. Ese excedente se lo logran enbolsillar los corruptos. 

A poco más de veinte días de la toma de posesión de Edmundo González Urrutia, ha sido exitosa la estrategia comunicacional del más cercano equipo de trabajo del Presidente electo, quienes han logrado posicionar simultáneamente una sensación de certidumbre en las acciones que serán emprendidas. Hay absoluto hermetismo en los detalles. En ocasiones anteriores era fácil revisar redes sociales de cualquier disidencia, y se encontraban detalles de lo que pensaban sus adversarios políticos. En este momento ello es imposible: así como el régimen intenta esconder los nombres de los jueces de paz, la oposición también esconde cuáles serán sus primeras fichas sorpresivas. 

Edmundo ya nos advirtió que vendrán sorpresas. Los venezolanos durante estos días navideños podremos pensar en todo lo positivo que podrá ocurrir en el año 2025, ya que calarnos la permanencia de la usurpación más allá del diez y del veinte de enero no es una opción viable. Una vez llegado ese momento, nos uniremos para aplicar todos los derechos que tenemos, de no reconocer ninguna pretensión de ningún funcionario público favorecido por este injusto sistema económico y político, totalitario y represivo. Cada vez nos presionan más hacia la salida de fuerza, no será posible negociar con ellos. 

Disidentes del chavismo en algún momento tuvieron cargos públicos dentro del oficialismo. Hoy en día gracias a los dineros que lograron robarse, tienen una posición económica que les permite financiar favores a la oposición. Será preferible que contribuyan al cambio del país a través del sector privado. A través del sector público, liderado por las fuerzas de la verdadera oposición que busca un cambio ideológico hacia la derecha, no estaremos en disposición de atender súplicas para la defensa de los derechos humanos de los terroristas. Sí habrá persecución a quienes han violado la ley.

Trump tiene planificado deportar a venezolanos que ingresaron ilegalmente a los Estados Unidos. porque ellos también violaron la ley. Es increíble observar como los partidarios de la izquierda son tan flexibles en mitigar las consecuencias que deben ser aplicadas a quienes hayan transgredido la ley. La ley y el orden son importantes: es necesario erradicar la cultura de la viveza criolla, que suele beneficiar a quienes infringen la ley, castigando indirectamente a los virtuosos. Muchos cambios son necesarios y no serán del agrado de los tibios. Éstos no son momentos para tibios. Es necesario que los tibios se acostumbren a que durante los próximos meses serán catalogados como cómplices de los narcoterroristas. La única oposición que logrará sacar a esta gente a la fuerza, es la oposición que ellos denominan extremista y radical, que va a la raíz del problema.