Penúltima semana de definiciones
Los diversos equipos del Lápiz que apoyamos la candidatura de Antonio Ecarri a nivel nacional, nos encontramos durante las noches con las comunidades durante la actividad de pega de propaganda electoral, en formato de pegatinas del lápiz de la educación. Esta actividad está debidamente permisada por el Consejo Nacional Electoral, ya que la publicidad se utiliza exclusivamente en postes de tendido eléctrico. No se invaden paredes de propiedad privada. Así tenemos la oportunidad de entregar volantes y explicar la propuesta de inversión, educación, producción y empleo de nuestro profesor y candidato presidencial, a los vecinos de las parroquias quienes se acercan a acompañarnos en la actividad. Se observa una diferenciación en los seguidores del oficialismo, por una tolerancia y curiosidad acerca de nuestra fresca candidatura, alejada de los polos extremistas. En contraposición, hay una propaganda muy grosera que ha inundado redes sociales, emanada desde el partido de la doble militancia, la cual en muchos casos no sería tolerada por la ciudadanía pues generaría un inmediato rechazo y sensación de un futuro inmerso en el caos.
Fue caótico observar como la autonomía universitaria ha sido vulnerada por la candidatura presidencial de la doble militancia, al haber acudido a actividades de proselitismo político en una máxima casa de estudios, donde debería reinar la pluralidad, sin el consentimiento de las autoridades rectorales democráticamente electas por el estudiantado, quienes de antemano habían prohibido dicha actividad de proselitismo político por una parcialidad. La universidad debería constituir un espacio fructífero para el debate de ideas, y es por ello que nuestro candidato presidencial Antonio Ecarri propone a sus adversarios políticos, quienes compiten por la silla presidencial del Palacio de Miraflores, debatir temas de educación, economía, política exterior y emprendimiento, para que los venezolanos podamos dirimir cuál de todas las propuestas programáticas es la más conveniente para Venezuela. Los activistas por el partido de la doble militancia suelen enfurecerse por el paulatino avance de la candidatura de Antonio Ecarri, ya que ha logrado mantenerse en el tiempo y sumar nuevos adeptos diariamente, en contraposición con la añeja y controversial propuesta carente de contenido programático.
Hemos observado en la final de la Copa América, que las multitudinarias concentraciones de personas suelen resultar peligrosas. Desde los tiempos de la pandemia ha habido un cambio en la sociedad que ha motivado a muchas personas resguardarse, cuando las actividades masivas llegan a un punto de saturación. Es por ese motivo que la campaña presidencial de Antonio Ecarri, en lugar de exigir a la ciudadanía de concurrir a concentrarse en un punto único, prefiere dispersarse por territorio nacional. Prueba de ello son nuestros magníficos equipos del estado Cojedes, que recorren todos los municipios y parroquias de ese extenso estado, en caseríos muy distantes a los cuales les llega el mensaje de una nueva Venezuela por la educación. Todos los rincones del país son necesarios, contienen población venezolana que vota. Una campaña presidencial no debería requerir a su militancia que pague grandes cantidades de dinero, para desplazarse a lugares de concentraciones masivas, donde únicamente escucharán a una celebridad pronunciar un discurso con los insultos de moda, para luego largarse de vuelta a su punto de partida. Nuestro candidato presidencial, así como su equipo de trabajo, preferimos recorrer continuamente la geografía nacional en parroquias y comunidades, para interactuar con los vecinos cara a cara y aprender de ellos sus inquietudes y esperanzas.
El hartazgo por el gobierno de Nicolás Maduro es evidente. Sus antiguos simpatizantes buscan en nosotros, los activistas y dirigentes del Lápiz, una alternativa despolarizada que rescate sus aspectos positivos y los complemente con propuestas innovadoras, como por ejemplo la eliminación del Seniat y su sustitución por un sistema tributario moderno, focalizado en las economías locales. El extremismo ha confiado demasiado en una presunta supremacía amplificada por redes y medios de comunicación social, sin darse cuenta que el electorado de a pie, así como los pudiese estar siguiendo ahora dejará de seguirlos en pocas horas. Si en efecto esa propuesta pudiese fallar debido a inconsistencias legales en su tarjeta electoral, motivadas por la muy conocida doble militancia que nunca fue corregida en ese partido, de llegar a ser eliminada esa tarjeta y por consiguiente esa candidatura, el electorado dispondrá de algunos días para reorientar sus preferencias a alguna de las candidaturas opositoras restantes. Estaremos muy pendientes para que no existan focos de violencia. Desde ya llamamos a la ciudadanía a la calma para que acuda a su centro de votación a elegir a alguno de los candidatos disponibles y acatar los resultados esta fiesta electoral. Hasta los momentos ha transcurrido en paz. Esperamos que continúe desarrollándose en paz hasta su exitosa conclusión.
El llamado del profesor Antonio Ecarri, candidato presidencial por la reconciliación y el entendimiento, es retomar la educación como antídoto a la barbarie que nos ofrecen ambos extremismos de izquierda y derecha. Sería penoso que en las venideras elecciones presidenciales salga victoriosa una de las representaciones del extremismo. Ambos son inconvenientes para la reconciliación nacional. Ambos deben ser adversados por igual. Ambos son partícipes y culpables de la decadencia económica, moral y educativa de Venezuela. Ambos deben ser combatidos a través de la educación. Ninguno de los polos desea que la ciudadanía disponga de un libre albedrío, pues prefieren arrastrarlos como borregos. Es interesante revisar en las redes sociales como el léxico del socialismo se parece cada vez más al léxico del fascismo: los extremismos son arrogantes y se mantendrán en pugna indefinidamente. Para ellos es una bandera de honor mantenerse en sus extremos y no ceder ni dialogar. Por consiguiente, hasta el último momento nuestro candidato presidencial Antonio Ecarri se mantendrá en su posición equilibrada de centro: invitando al debate educativo y proporcionando a los venezolanos una lección de sobriedad y entendimiento, entre facciones que cada vez se rebajan a los peores instintos de la animalidad primitiva.
No queremos que Edmundo González Urrutia llegue al poder. Tampoco queremos que Nicolás Maduro moros se mantenga en el poder. Ambas opciones representan una continuidad de la confrontación y un acercamiento a una posible guerra civil. Lamentablemente los Seguidores del extremismo sólo buscan la aniquilación del adversario, y no se quieren. Concentraremos nuestras energías en monitorear cuál será el desempeño de los tontos, que serán reclutados para fomentar disturbios, con la excusa de no querer reconocer los resultados electorales. Aquí en Venezuela queremos paz y recuperación económica. No queremos continuar en una estéril confrontación, como la que ofrecen las variantes del extremismo de izquierda y derecha. Es nuestro deseo que en las próximas elecciones presidenciales la despolarización sea la gran triunfadora, y que ambos extremismos se vean obligados a mejorar sus propuestas programáticas, para no seguir perdiendo votos. La distribución de votos en esta elección pudiese ser muy ajustada entre los tres candidatos principales: Antonio Ecarri, Nicolás Maduro y Edmundo González. Cualquiera de ellos pudiese resultar victorioso. Sin embargo la negativa de Edmundo González a reconocer los resultados electorales, y su negativa de aclarar las cada mayores sospechas de doble militancia que adolece su partido MUD, pudiesen ser un detonante para su temprana eliminación de la contienda por no respetar las reglas emitidas por el árbitro.
Resulta un ventajismo y competencia desleal que todos los demás candidatos se hayan comprometido a reconocer los resultados, y el capricho de un candidato beneficiado por el favoritismo de la comunidad internacional se dé el tupé de no querer reconocer los resultados electorales. Esperamos que se mantenga la paz, que se mantenga la calma, y que los venezolanos podamos seguir disfrutando nuestra fiesta electoral en un espíritu de reconciliación nacional. A pocas horas de finalizar el periodo de sustituciones de candidaturas presidenciales, debido a declinación de un candidato en favor de otro a pesar de persistentes rumores, no se ha confirmado ningún cambio. De modo que hasta el momento todos los candidatos postulados continúan en contienda. Quedan once días de campaña electoral. El ritmo se acelerará y los indecisos podrán decantarse por la candidatura que vaya aumentando en preferencias. Se ha insistido mucho en estas declinaciones por parte de de campañas cuyos números no les dan para acceder a la presidencia de la República. Mientras que otras campañas prefieren seguir sumando voluntades. El contexto político es muy cambiante y cada día puede ofrecer sorpresas que cambien radicalmente el panorama electoral. El panorama político está despolarizado: existen numerosas visiones emergentes de oposición, y los acuerdos políticos que deban efectuarse luego de celebrados los comicios presidenciales contarán con actores que anteriormente no estaban invitados.
Algunos adeptos del oficialismo están tan preocupados por la posibilidad de perder la presidencia de la república, que se dedican a eliminar cualquier publicidad electoral opositora que consigan en las calles. Ha sido frecuente observar como publicidades del Lápiz de Antonio Ecarri han sido retiradas, horas o días después de haber sido colocadas. Aún cuando hemos podido seguirlas colocando en otros sitios hubo el caso de una señora que incluso dijo: "puedes colocar tu publicidad pero la retiraremos inmediatamente después que se vayan, porque nosotros somos chavistas y votaremos por Nicolás Maduro. Sin embargo puedes colocarla porque es de Antonio Ecarri. Porque si fuera de María Corina ahí sí que no los dejaríamos que las pongan". También hubo otro que dijo pertenecer a un colectivo, quien afirmó que no podían permitir que esas pegatinas estuvieran colocadas en diversos sectores de Caracas, porque esa es zona chavista. Aún cuando le decíamos que es una actividad permisada por el Consejo Nacional Electoral, durante periodo de campaña ellos alegan que los territorios chavistas deben ser respetados. En la mayoría de los casos sí hemos podido colocar las publicidades, al igual que hemos visto que los compañeros de Acción Democrática ya lo han hecho también. En general buscan formas de invisibilizar a la oposición, aún cuando expresan su preferencia porque Antonio Ecarri llegue de segundo. En todos los casos ellos asumen que Nicolás Maduro llegará de primer lugar.
El triunfalismo de los adeptos, tanto del oficialismo como de la Plataforma Unitaria es exagerado. La situación electoral es tan confusa que no es prudente asignar el triunfo a ninguno de los dos extremos. Resta esperar cuál será el comportamiento final en la campaña del electorado indeciso, que en los últimos momentos de la campaña pudiese decantarse por la candidatura de Antonio Ecarri. También es importante aclarar que de ganar alguno de los extremos la presidencia de la República, la confrontación y el caos serán tan persistentes que será probable que en tres años sea necesario convocar a un referéndum revocatorio, dado que la gente no habrá logrado resolver ninguno de sus problemas políticos, por seguir apostando a un extremismo que nunca funciona.
La campaña de Antonio Ecarri ha visitado Las Brisas, municipio Pedro María Freites en Anzoátegui. Hay sectores populares que tienen deficiencia, pero éste es el campeón: sus habitantes señalan que el gobierno nacional, el gobierno regional y el gobierno local vienen en búsqueda del voto y luego se olvidan de ellos. Esto está totalmente abandonado. Pero somos muy optimistas porque Venezuela va a cambiar a partir del 28 de julio.