Impiden inscribir al favorito para Rumania

11.03.2025

El candidato Georgescu no pudo ser inscrito ante la Junta Electoral de Rumania, por motivos similares que sufrieron en Venezuela anteriormente María Corina Machado, Corina Yoris y Edmundo González Urrutia. Una serie de irregularidades administrativas fueron alegadas por la junta electoral para inhabilitar la postulación, del candidato favorito para ganar las próximas elecciones en Rumania. La dictadura en ejercicio cuenta con todo el apoyo de la muy democrática Unión Europea, que en el caso de Venezuela se lava las manos apoyando la cobranza del Triunfo de Edmundo González Urrutia: pero en casa, en su continente que es donde deberían realmente estarse ocupando, apoyan el fraude electoral. La hipocresía en las relaciones internacionales es la norma. No podemos fiarnos de dichos apoyos. Como ejemplo tenemos al periodista Jaime Bayly, que tanto se ufana de apoyar la lucha de Venezuela, y le está entregando el Esequibo a Guyana. Igualmente hace Luis Almagro de la OEA, quien próximamente dejará ese cargo.

Estamos solos en este ambiente bélico, donde si no conquistamos seremos conquistados. Los medios de comunicación guyaneses están solicitando un incremento en el presupuesto militar, del mismo modo como también está ocurriendo en variados países de Europa: con las notables excepciones de República Eslovaca y Hungría. De resto todos los demás incrementarán inclusive sus tropas y servicio militar, siendo el caso más extremo Polonia: país que desea aumentar la recluta en cientos de miles de conscriptos. Es previsible una horrenda emigración de polacos hacia otras partes del mundo, huyendo de la circunscripción militar obligatoria. A estas alturas la ciudadanía no está dispuesta a morir por las causas políticas de los politiqueros, y mucho menos si es por Ucrania que es un país extranjero. Sería debatible preguntarnos si Europa es un país extranjero o forma parte de la comunidad de los diferentes países de verdad, que sí la conforman. Siempre escuchamos que los españoles les interesa su conflicto con Gibraltar y Marruecos, que a los franceses les interesa su dominación de las islas de la Polinesia y Guyana francesa y demás territorios de ultramar. Alemania históricamente está concentrada en su relación privilegiada, con países con los cuales comparte su lengua como pudieran ser Suiza, Austria y el Oriente de Bélgica, y así sucesivamente.

Europa no existe como un país. En Europa no ha llegado ningún Simón Bolívar quien explícitamente solicitó que las diversas colonias o territorios se unificará políticamente, y que la nacionalidad de todos fuese colombiana aquí en Suramérica, o en el caso de Europa fuese nacionalidad europea. Es por ello que Donald Trump únicamente lidia con los países uno por uno. Si las relaciones internacionales van a ser lidiar con países uno por uno, llegará la presión para que se consoliden los países.

Claudia Sheinbaum se refería a ello en su discurso del Zócalo, luego de su victoria como la única persona en este planeta que es capaz de hablar con contundencia, cada vez que se lo proponga ante Donald Trump, en condición de iguales. No conocemos a más nadie hasta ahora que haya logrado tal hazaña. Felicitaciones nuevamente a la presidenta de México Claudia Sheinbaum. Confesamos que estábamos equivocados en nuestra apreciación hacia ella, posiblemente por dejarnos llevar de histerias ideológicas de campañas electorales, y porque provenía del partido político de López Obrador: que no se distingue por una adecuada gestión de los recursos públicos. La presidenta Sheinbaum propone reafirmar los valores del tratado de libre comercio de las Américas, junto con Canadá y Estados Unidos, e incluso expandirlo al resto del continente: de modo que la integración latinoamericana y caribeña provendría desde el lado de México, luego de los fracasos de Venezuela por haber intentado tal objetivo. Le deciamos suerte mucha suerte porque una América toda que exista en nación, como canta nuestro Himno Nacional, es nuestro antídoto ante la colonización depredadora: que pudiese llegar tanto de India, China, Rusia o Irán.

Continuamos con el conflicto del Esequibo pendiente, ya que Guyana se une a la fiesta armamentista, y solicita apoyo posiblemente militar del Reino Unido, que ya había enviado en meses recientes un buque. Francia está enviando aviones Mirage a Ucrania. Estados Unidos es un país del cual se puede esperar cualquier cosa, ya que una declaración de Trump a menudo implica que mañana la situación será opuesta. Los venezolanos no queremos perder nuestro territorio Esequibo. Estamos hartos que después de las hermosas gestiones de Simón Bolívar, hemos sido gobernados por caudillos impotentes que han regalado nuestra soberanía y territorialidad a todos los vecinos. Ésta quizás sea la primera vez que logremos recuperar algo de territorio: ya ocurrió con el Catacumbo en Colombia, que ahora será una zona de comercio binacional. Así pronto ocurrirá con el Esequibo y sus aguas territoriales.

El objetivo debería ser lograr un tratado de libre comercio con Guyana, y de intercambios culturales para que cada país aprenda la lengua del otro, y en general hagamos una distensión entre nuestras sociedades. Nos daremos cuenta que es más lo que nos une que lo que nos separa. Sin embargo la propuesta de Irfaan Ali, de solicitar por la fuerza que los venezolanos no ejerzamos nuestro derecho democrático a participar en las elecciones por el gobernador de la Guayana Esequiba, refleja un espíritu arrogante y poco respetuoso de la autodeterminación de los pueblos.

Otro país cuya identidad nacional se solidifica es Canadá, que ha emprendido una exitosa campaña de boicot turístico contra los Estados Unidos. Los ciudadanos canadienses, que constituían el mayor servicio de exportación americana para la industria hotelera, restauradora y de transporte aéreo, estaban especializados en llegar durante meses invernales, para disfrutar de turismo internacional en los Estados Unidos. Los canadienses, a raíz de la indignación propiciada por Donald Trump y sus aranceles, que difieren con los valores republicanos tradicionales según la muy recordada presidencia de Ronald Reagan, a quien le gustaban los libres mercados, han tirado todo por la borda. Donald Trump ahora está con unas restricciones arancelarias que recuerdan a regímenes socialistas del tercer mundo a principios o mediados del siglo XX, cuando la mayoría de la población era ignorante. Las agencias de viajes reportan cancelaciones: los aviones deben reducir sus frecuencias por la baja demanda, y Justin Trudeau tuvo la oportunidad de finalizar su cargo como Primer Ministro y líder del partido liberal de modo eufórico: con alta aprobación a pesar que recientemente había sido muy criticado. Le ha cedido el paso a otro dirigente de su partido liberal: quien ahora es nuevo Primer Ministro. Promete continuar con la política canadiense de amor y defensa absoluta a su país.

Este ejemplo canadiense es importante que lo sigamos en Venezuela, ya que existen muchos intereses absortos en que únicamente observemos a Venezuela como un depósito de tierras raras y petroleras, disponibles para la venta y regalo al mejor postor, o a ideologías políticas determinadas. Muchas veces interviene una diáspora que necesita hablar de modo antivenezolano para asegurar sus papeles de residencia o nacionalidad, en países de la comunidad internacional diferentes a Venezuela. Ese tipo de gente no es patriótica. Es preferible concentrarnos en la venezolanidad unida, para recuperar la Guayana Esequiba con la misma alegría con la que los canadienses defienden a Canadá, y con el mismo aplomo con el que los rusos están reconquistando Kursk y las regiones ruso parlantes de Ucrania.

Volodimir Zelensky, Irfaan Ali, Emmanuel Macron y demás guerreristas sólo desean incrementar economías fallidas, a través de gasto gubernamental burocrático: en guerra y defensa. Para ello está espectacularmente hecha Úrsula von der Leyen: quien fue ministra de defensa en Alemania, fue acusada de corrupción por privilegiar algunos activistas en detrimento de otros, y es el mismo tipo de gente que no está reconociendo la inscripción de la candidatura de Georgescu en el sistema electoral de Rumania. El ejército ruso se encuentra en un estado eufórico, de mucha moral y mucho convencimiento que están efectuando lo correcto. Mientras el ejército de Ucrania está desmoralizado, por un liderazgo que los ha enviado a morir inclementemente, sin ninguna estrategia. Sólo están esperando la orden de evacuar el Kursk, pero pareciera que Europa está intentando que Ucrania quede absolutamente despoblada: con toda su población masculina aniquilada, y con la población femenina observando como sus casas son destruidas por las bombas.

El presidente de los Estados Unidos Donald Trump no soporta más esta situación. Pretende imponer sanciones y aranceles contra Rusia. Promete que habrá muchos éxitos en una venidera reunión en Arabia Saudita, en el transcurso de esta semana, cuyos detalles aún no conocemos con profundidad. Claramente Rusia desea recuperar la mayor parte del territorio posible, antes que se firme la paz. Ucrania y Europa sólo desean continuar la guerra indefinidamente, para mantener en sus cargos a los funcionarios ilegítimos que ocupan posiciones indefinidamente.

A nivel estratégico éste es el momento ideal, para que las fuerzas armadas venezolanas retomen el control territorial del Estado Guayana Esequiba a tiempo, para las elecciones de gobernador y asamblea legislativa. Este caos de la comunidad internacional en algún momento se arreglará. El sentido de la oportunidad sugiere que estamos en el momento para Venezuela posicionarse en tierras y aguas que nos fueron despojadas ilegítimamente. Hoy tenemos oportunidad en bandeja de plata para recuperarlas.

La opinión pública mundial también se está desesperando, de los fracasos diplomáticos militares y financieros: tanto de Europa como de Estados Unidos. Está comprendiendo mejor las posiciones de países como China, Rusia o Irán: que son los actuales aliados de Venezuela. La unión de todos esos factores implica que los preparativos para la recuperación de nuestra Guayana Esequiba deberían intensificarse: porque si este momento no lo aprovechamos ahora, quizás en el futuro sea más complicado efectuar una operación exitosa, de rescate territorial. Guyana es responsable de los ingresos que obtiene de la Exxon Movil, y adecúa sus fuerzas armadas a un nivel que ya sería disuasivo para Venezuela. Debemos contar también que quizás los ejércitos de Jamaica y Trinidad y Tobago pudiesen alinearse en sintonía con Guyana, por lo cual también debemos privilegiar las conversaciones de Venezuela con todos esos países.

Otro hito diplomático debería ser la admisión de Venezuela como miembro pleno del Caricom: comunidad de estados caribeños, ya que Venezuela es el país con mayor cantidad de costas en el mar Caribe. Es incomprensible que no formemos parte del organismo multilateral que lleva el nombre del mar que nos baña. No hemos escuchado mayores noticias acerca del cierre de las operaciones de Chevron en Venezuela. Hemos aprovechado para enviar mensajes a la administración estadounidense: de reconsiderar sus habituales posturas. Ya Nicolás Maduro adelantó que Chevron es una empresa responsable, que estuvo cien años en Venezuela, y que es bienvenida en las operaciones petroleras nuestras. El objetivo es obtener un paraguas de empresas petroleras. 

Edmundo González Urrutia y María Corina Machado no se pronuncian acerca del tema, y únicamente nos están convocando para que la ciudadanía haga el trabajo que ellos no lograron hacer. El 10 de enero Edmundo no se pudo juramentar. Tampoco lo vemos dispuesto a juramentarse. Sólo se ocupan de temas personales acerca de las bajas ocurridas en cárceles por activismo político. Es una situación de paralización política: mientras el mundo avanza a pasos agigantados, esta oposición se quedó anclada en el pasado 28 de julio de 2024. Ya estamos a punto de cumplir el año después de esa fecha. No ofrece buenos augurios que los líderes no estén tomando en serio su labor de acompañar a nuestras fuerzas armadas. Moralmente nuestro objetivo patriótico es recuperar la Guayana Esequiba, en sintonía con demás movimientos en países de otros continentes, a lo largo y ancho de la comunidad internacional.

Desde que fue suspendida la licencia 41 de Chevron por la nueva licencia temporal 41A, que expira en abril, los presos políticos se han convertido en fichas de canje de mayor valor al que tenían antes. Cualquier preso político hoy en día requeriría ser canjeado por mayores concesiones por parte de la comunidad internacional. De lo contrario continuarán presos, ya que los presos políticos constituyen para el régimen una garantía en esta era post licencia 41 de Chevron. También padecemos el cordón sanitario, parecido a lo que ocurre en Rumania donde en un mismo país existen toldas políticas irreconciliables: que se odian las unas a las otras y no se quieren hablar. En el caso de los partidarios de María Corina Machado, ese cordón sanitario ha existido siempre: dada su renuencia absoluta al diálogo y a la reconciliación. Hay gente que lo que decían es una exterminación del adversario, lo cual resulta ridículo porque son los que ahora están perdiendo la batalla. Aún quieren seguir con esa nota de la exterminación. Nos recuerdan a Volodomir Zelensky quien está dispuesto a sacrificar a toda Ucrania, para mantenerse ideológicamente impecable.

Las alternativas fracasadas deberán ser desechadas antes que nos sigan haciendo daño. Los venezolanos debemos incorporarnos a los factores ganadores de la política mundial: que son Rusia, China y quizás Estados Unidos, si Donald Trump juega bien la mayoría de sus piezas. Donald Trump empezó muy bien. Ha cometido algunos errores, especialmente el error garrafal de los aranceles, además que sucumbió con lo de las licencias Chevron. Venezuela hubiese podido haber sido un buen aliado de los Estados Unidos, pero ya no lo será. Nos están quitando una oportunidad comercial que merecíamos tener. Ahora nos tocará ligar a que suban los precios de los combustibles en Estados Unidos, a que Canadá arrecie sus represalias, a que Asia imponga aranceles. A medida que la economía de los Estados Unidos se siga deteriorando, tal como prevé la Reserva Federal de Atlanta, con una caída del 3% durante el primer trimestre de 2025, Estados Unidos pudiese entrar en una recesión o depresión, que purgará los excesos heredados de la antigua administración incompetente de Joe Biden.

En Venezuela es necesario, al menos temporalmente mientras estemos en esta situación bélica internacional, que la política no le dé tanta importancia a tecnicismos democráticos: que serían viables en otros tiempos. Serán privilegiadas formas de acompañamiento de la sociedad civil, a nuestras fuerzas armadas: que son las que defenderán nuestra territorialidad y nuestra soberanía de los despojos continuos a los cuales nos ha sometido la comunidad internacional, desde la época de la independencia. En Venezuela como país hemos sido incapaces de defender lo nuestro, más bien hemos fomentado en nuestra gente una cultura de emigración y de ensalzamiento por los extranjeros, de burla por los venezolanos. Es esa falta de patriotismo lo que en muchas oportunidades logra las burlas y rechazos de otros países latinoamericanos, que no soportan nuestra arrogancia en exigir: lo que nunca podemos ganar por nuestro propio esfuerzo.