Guyana como excusa para potencias guerreristas

04.03.2025

Son veintiocho los buques ubicados en aguas territoriales venezolanas, adyacentes al estado Guayana Esequiba, que no ofrecen información solicitada por los buques de la armada venezolana, que patrullan nuestro mar territorial. La mancomunidad británica de Naciones ha emitido un comunicado, deplorando la presencia militar venezolana en aguas que no han sido delimitadas. Por consiguiente Guyana no las puede reclamar como suyas, ya que no existe documentación que pruebe tal hipótesis. Igualmente el ministro de exteriores del Reino Unido, Lammy quien por cierto es de ascendencia guyanesa, opina que el Reino Unido debería intervenir en este conflicto. Es interesante observar que las respuestas al ministro de exteriores británico, Lammy respecto a su sugerencia de dedicar esfuerzos a resolver problemas internos de Guyana o Ucrania, no está siendo bien recibida por el electorado británico abrumado por altos impuestos, y generalizada corrupción gubernamental británica y europea.

Mike Pompeo, quien ha sido visto en visitas privadas a Georgetown, Guyana recientemente opina que los intereses de la Exxon Mobil son intereses americanos. Su corolario sería que los intereses de Chevron en Venezuela también son intereses americanos. El régimen sancionatorio americano castiga países con los cuales desea efectuar acuerdos: tales como Venezuela, Rusia e Irán. Somos países que disponemos de minerales de tierras raras. En conjunto somos capaces de efectuar productos alusivos a la ingeniería nuclear, dada nuestra alianza con Corea del Norte. Ello motiva a que el gobierno de Donald Trump sea muy cauteloso en sus relaciones con nosotros. De allí que la prometida revocatoria de la licencia 41 para actividades petroleras en Venezuela, pudiese ser cambiada a otro mecanismo oportunamente.

La mediática tradicional que apoya sanciones contra Venezuela califica esta jugada como un triunfo, en su afán por asfixiar a los venezolanos para castigarnos por vivir en este país tan malvado, no está teniendo éxito. Todas las fuentes petroleras consultadas incrementan la probabilidad de una mejoría en los acuerdos de exploración, refinación o distribución: que incluyan más empresas participantes y reglas claras para para la triangulación de sus productos, a través de terceros países que no afecten el mercado interno americano. Se estaría intentando limitar la oferta entrante a Estados Unidos, aumentando la oferta hacia los demás países.

El potencial de Venezuela a largo plazo en la producción petrolera sigue siendo enorme. Tenemos las mayores reservas de crudo pesado en el planeta. A medida que el crudo ligero se vaya extinguiendo durante los próximos diez o quince años, Venezuela estará posicionada para ser nuevamente el mayor productor en energía. Si nuestra dirigencia política y estratégica es hábil, logrará efectuar acuerdos de extracción, producción y distribución a largo plazo: con diversas esferas de influencia del la comunidad internacional tales como Rusia, China y Estados Unidos. Se proporcionará a cada una su lote. Por los momentos Venezuela debe concentrarse en una mejoría en las nuevas regulaciones sancionatorias, en la etapa post licencia 41, que debería ser anunciada antes del primero de abril. Una nueva licencia resultaría terrible para los intereses sensacionalistas y reduccionistas de opinadores, quienes en su gran mayoría no viven dentro de la comunidad nacional, sino que hostigan a la comunidad internacional para que joroben la paciencia de Venezuela.

Recomendamos a las autoridades políticas y militares del régimen de Venezuela incrementar los patrullajes, en nuestras aguas territoriales, incluyendo aquellas que están siendo ilegalmente explotadas por buques no identificados con intenciones petrolíferas, en violación al acuerdo de Ginebra de 1966: firmado por el Reino Unido de La Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la Guayana Británica y la República de Venezuela. Se establecía claramente que cualquier explotación de recursos y minerales en tierras y aguas en disputa, debían ser de mutuo acuerdo para mantener esas actividades de exploración de la Exxon Mobil en aguas territoriales venezolanas, ubicadas aproximadamente en las coordenadas 8 grados norte 57 grados oeste, que sería una extensión de la línea recta que continuaría el curso del Río Esequibo en tierra, el cual constituye nuestra frontera natural con Guyana. Se sugiere a la Armada venezolana incrementar los patrullajes en la zona. Se sugiere a la Fuerza Aérea venezolana incrementar sobrevuelos en su zona.

Durante los próximos días necesitamos efectuar presión patrullera. Así podremos forzar a Irfaan Ali, quien en efecto se comporta como el Volodomir Zelensky del Caribe, a dialogar con el régimen usurpador e ilegítimo de Nicolás Maduro, dado que es importante que dialogue con alguien. Pareciera que el presidente electo legítimo Edmundo González Urrutia no está disponible para conversaciones militares, ya que nunca se refiere al tema, y anda desaparecido desde de hace mucho tiempo. Esperamos ansiosamente que Edmundo visite Israel, ya que el régimen de Nicolás Maduro por herencia del difunto Hugo Chávez no mantiene relaciones diplomáticas con Israel. La geopolítica es tan complicada que es necesaria la intervención de los dos presidentes: el legítimo Edmundo y el ilegítimo Maduro. Cada uno de ellos tiene relaciones con algunos de los países de la comunidad internacional.

El único modo que Venezuela se pueda comunicar con el planeta en su totalidad es si cada uno de nuestros dos presidentes: el legítimo y el ilegítimo, se dedique a una esfera de influencia diferenciada. Esperemos que Edmundo y Maduro empiecen a trabajar en conjunto en ese particular, o de lo contrario nunca seremos capaces de abordar la totalidad de la comunidad internacional. Es necesario que Maduro e Irfaan Ali negocien, en el marco del acuerdo de Ginebra, una posible solución. Las plataformas petroleras de la Exxon Mobil ya instaladas en aguas territoriales venezolanas, en disputa con la República Cooperativa de Guyana, podrían ser administradas de modo conjunto que Venezuela pueda tener algún tipo de participación. Para ello tenemos como ejemplo las estupendas relaciones petrolíferas que Venezuela mantiene con la República de Trinidad y Tobago, donde existe toda una gama de acuerdos y proyectos conjuntos de exploración. Ambos gobiernos se llevan de maravilla y lo mismo pudiese ocurrir con Guyana.

Es necesario insistir en el cumplimiento del acuerdo de Ginebra, que exige que las partes en disputa consensúen el uso adecuado de los recursos petrolíferos, instalados en nuestras aguas territoriales. Para lograr ese objetivo es necesario mucho esfuerzo diplomático, enfatizando la aplicación del acuerdo de Ginebra, y mucho esfuerzo militar disuasorio: con incremento en el patrullaje marítimo y aéreo de la zona en litigio. La combinación de ambas estrategias posiblemente motive a que Guyana acceda al diálogo, lo cual es muy difícil porque al igual que el mentor de Irfaan Ali, Volodomir Zelenski, ellos sólo desean: guerra, conflicto y chuleo de recursos procedentes de la comunidad internacional. En particular el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte estaría feliz de arruinar a toda la población británica, siempre y cuando puedan ser atendidos los caprichos de Volodomir Zelensky e Irfaan Ali.

El incremento de patrullaje venezolano, en instalaciones que Guyana alegremente ha delegado a actores externos, para la explotación de nuestros recursos, pudiese ser un mecanismo de presión para que el nuevo régimen de sanciones de los Estados Unidos, a ser anunciado durante los próximos días del mes de marzo, contemple especificidades. Es necesario hacerle entender a los Estados Unidos que en el fondo Guyana y Venezuela somos prácticamente el mismo país. Debemos ser vistos en bloque. Nuestras tierras y aguas están contiguas, en la misma placa geológica. Conjuntamente Guyana y Venezuela presentamos una formidable mina de recursos petroleros y Mineros. Es necesario que los peculiares regímenes que dominan la política interna de Guyana y de Venezuela logren dialogar. Juntos seremos más exitosos en nuestras negociaciones con las grandes ligas de la comunidad internacional.

El periodismo local de Guyana ha criticado durante mucho tiempo que se están regalando las riquezas del país, alegremente a la Exxon Mobil y demás petroleras internacionales. No se ha construido ninguna refinería en territorio guyanés, a lo cual Venezuela que tiene tanta experiencia en refinería podría ayudar. Instamos que durante este mes de marzo, además de los patrullajes militares en toda la extensión de nuestro mar territorial, los presidentes Irfaan Ali y Nicolás Maduro logren reunirse, para efectuar acuerdos comerciales parecidos a los que negocian Donald Trump y Volodomir Zelensky. El problema es que Volodomir Zelensky es de carácter volátil, y ha tumbado todas esas negociaciones. Ahora se las tendrá que entender con lo que quede de Europa.

La situación de emergencia de la OTAN u organismo de tratado de Atlántico Norte pareciera estar en sus últimos estertores. La opinión pública americana clama por la eliminación de dicho tratado, en sintonía con las declaraciones del canciller ruso Sergey Lavrov, quien ha comentado que todos los problemas del mundo durante siglos, y hasta la actualidad por lo general han sido generados por Europa. Cualquier habitante de un país suramericano, centroamericano, caribeño, norteamericano o africano entiende perfectamente el curso: de una historia que motivó a la independencia de cada uno de nuestros territorios, hacia países independientes. Ahora le está tocando el turno a Europa de independizarse de los Estados Unidos: la OTAN no estará más allí para defenderla. Elon Musk ha sugerido que los Estados Unidos deberán retirarse de la organización tratado Atlántico Norte, para ahorro de costes.

Tanto Scott Bessent, secretario del Tesoro; Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional; y Marco Rubio, secretario de Estado, se encuentran indignados por el mal comportamiento de Volodomir Zelensky en la majestuosidad de la oficina oval de la Casa Blanca, que es el lugar más importante en todos los Estados Unidos de América. La administración de Donald Trump no está interesada en retomar conversaciones con Volodimir Zelenski, ya que el acuerdo económico propuesto es inviable mientras no haya paz. Volodomir Zelensky no desea la paz, sino que desea mantenerse en guerra permanente. Ello es muy diferente a nuestra propuesta de ejercicios militares conjuntos entre Guyana y Venezuela, que coadyuven a una unificación de nuestra postura petrolera y minera, ante los buitres de la comunidad internacional: que desean comerse nuestros recursos.

Sería necesario que la población venezolana aprenda a hablar inglés, y que la la población guyanesa aprenda a hablar español, según el ejemplo de Suiza y Canadá: donde sus ciudadanos son instados a aprender los idiomas oficiales inglés, alemán, francés e italiano. La recuperación de las relaciones entre Venezuela y Guyana debería asemejarse a la distención que ocurre actualmente entre Estados Unidos y Rusia. Ambos aún están en proceso de restaurar sus embajadas en las capitales Washington y Moscú. Casi no había personal diplomático asignado. Poco a poco crecen los canales de comunicación. Del mismo modo las embajadas de Guyana en Caracas, y de Venezuela en Georgetown necesitan mayor personal, para que se puedan dedicar a tiempo completo al análisis y aprovechamiento del acuerdo de Ginebra. Así permitiremos que nuestras instalaciones petroleras y mineras conjuntas puedan complementarse, y de ese modo los Estados Unidos tendrá mayor información de cómo modificar el régimen de sanciones existente en la actualidad.