Exclusión del fascismo en elecciones regionales
Una vez consumada la controversia de las pasadas elecciones presidenciales migra la atención a la inminente convocatoria de elecciones regionales locales y de diputados, sin condiciones. El régimen incluso incorporará la novedad de prohibición de partidos y candidaturas fascistas. Cabe preguntarse si la ciudadanía participará, ya que todos somos acusados de ser fascistas en un país donde toda su población es fascista. Una convocatoria de elecciones luce risible e innecesaria, sin embargo las organizaciones con fines políticos evaluarán algunos escenarios. La Mesa de la Unidad Democrática, que suele obtener muy amplia votación, mayor que la votación del partido socialista oficial, y tiene mecanismos recios de defensa del voto, pudiese participar siempre y cuando en sus conciliábulos internos se impongan los que no desean ser acusados ni condenados de fascismo. Ello provocará una confrontación con quienes sí están orgullosos de su fascismo. La pugna en la Mesa de la Unidad Democrática entre colaboracionistas que desean participar, y fascistas que no querrán participar será tema de conversación recurrente. Durante las próximas semanas, en caso de imponerse los fascistas, la Mesa de la Unidad Democrática no participará en más elecciones. En caso de imponerse los colaboracionistas, la Mesa de la Unidad Democrática presentará candidatos potables que no sean acusados de fascismo, y muy probablemente perderán dichas elecciones ya que el electorado siente mucha dignidad al ejercer fascismo.
Tenemos el caso de partidos como Fuerza Vecinal, que han logrado en comicios recientes un interesante número de alcaldías como Chacao, Baruta, El Hatillo, Los Salias, Lechería y Maneiro. Para no perder los espacios, sin embargo, la tarjeta de Fuerza Vecinal bajó de cientos de miles de votos a apenas 6,000 votos en las pasadas elecciones presidenciales. El posicionamiento de la tarjeta de Fuerza Vecinal ha sido contundente, ya que el electorado prefiere votar por otras tarjetas. ¿Será posible que Fuerza Vecinal logre mantener los municipios en los cuales actualmente está en el poder? ¿sucumbirán los vecinos ante la amenaza de tornar sus municipios hacia el rojo y perder la oportunidad de seguir disfrutando de eficientes gobiernos de oposición? El fascismo en reiteradas ocasiones ha acusado al colaboracionismo de Fuerza Vecinal de talar y podar árboles indiscriminadamente, y destruir la naturaleza para construcción de canchas de paddel e hipermercados de ropa y artículos de uso personal. En el caso de la Urbanización Las Mercedes, las autoridades de Fuerza Vecinal son acusadas por el fascismo de actuar como colaboracionistas. Para los enchufados del régimen y la dignidad de los fascistas eso es más importante que el crecimiento y desarrollo económico fomentado por los colaboracionistas.
Tenemos el ejemplo de tarjetas minoritarias que siempre estarán dispuestas a participar sin condiciones, ya que practican el negocio de recibir recursos para campañas electorales, y no bajarlos por completo a los pocos seguidores que aún les quedan. Claudio Fermín en particular ha sido notorio en sustentar su vida completa en ese negocio de participar en cuanto a campaña electoral exista, con escaso interés en coadyuvar a una mejoría en las condiciones electorales. Otro enorme problema que enfrentan los partidos minoritarios es que no disponen de suficientes testigos para cuidar el voto. La recomendación para los activistas políticos es no participar en campañas electorales que no ofrezcan de antemano un padrón completo de defensa del voto. Es muy desagradable participar en una campaña electoral y al final perderla porque no se dispuso de suficiente personal calificado para la defensa del voto en cada mesa y centro de votación. En ese sentido las dos únicas organizaciones políticas capaces de lograr la defensa del voto son la Mesa de la Unidad democrática y el partido socialista oficial. Luego está el tema de una repetición de la coyuntura actual, en caso de elecciones absolutamente polarizadas, la Mesa de la Unidad Democrática cómodamente obtendría la mayor votación y tendría testigos y actas suficientes para demostrarlo a las comunidades nacional e internacional. Sin embargo la cobranza del triunfo seguirá en ascuas dado que no se han efectuado correctivos en el CNE.
No hemos observado mecanismos de persuasión a los diputados de la Asamblea Nacional para que elijan a un nuevo CNE más apegado a la normativa electoral vigente, a semejanza por ejemplo de Tibisay Lucena que en paz descanse,quien hoy en día luce como una árbitro relativamente imparcial. En caso de no ser posible luchar por todas las condiciones, será necesario que la Mesa de la Unidad Democrática dialogue con el partido socialista oficial, con el Consejo Nacional Electoral, y entre los tres apoyados por la comunidad internacional establezcan un instructivo de cómo se efectuaría el anuncio de resultados acta por acta, incluyendo digitalización de dichas actas para ser presentadas a la opinión pública con celeridad, a través del sistema electrónico del Consejo Nacional Electoral y no solamente por los comandos de campaña beneficiarios. El ordenamiento constitucional de Venezuela establece que los militares deben estar subordinados a un presidente de la república comandante en jefe civil quien a partir de enero de 2025 será Edmundo González Urrutia, tal como lo determinan las actas de votación en poder de los militares resguardadas en el sobre número uno y tal como sospecha una importante cantidad de países de la comunidad internacional.