Empleados públicos se suman a militares

13.10.2024

Es intolerable que funcionarios públicos a estas alturas impongan directrices al personal y usuarios de las instituciones que administran, según lineamientos de la dictadura de Nicolás Maduro, en cada organismo adscrito a algún ministerio. Las políticas públicas deben entrar ya en un modo de transición, y para ello contamos con empleados y contratistas quienes en su gran mayoría, como en todo el país, votaron por Edmundo González Urrutia. Todavía tienen que seguir calándose estrategias laborales coercitivas que atentan directamente contra la misión para la cual fueron edificadas dichas instituciones. Es momento de exigir un cambio en los objetivos que persiguen organismos públicos y empresas mixtas, relacionadas o subordinadas a ministerios. Frecuentemente hemos exhortado a los militares de medio y bajo rango que se rebelen contra generales y coroneles, para que cambien los destinos de las Fuerzas Armadas. De idéntico modo los empleados públicos en ministerios, organismos autónomos, subordinados a ministerios y demás instituciones adscritas a algunos de los poderes públicos nacionales, deben rebelarse y exigir un cambio profundo en el liderazgo y conducción de dichas instituciones, las cuales en su gran mayoría reciben enormes ingresos clandestinos que son despilfarrados sin garantizar un confortable nivel de vida para sus empleados.

Quizás sea necesario en el próximo gobierno cerrar ministerios, disminuir presupuesto para algunos organismos, y son los mismos empleados de dichos organismos quienes están llamados a cambiar el paradigma. Redefinirán si en su vida privada futura, ellos serían exitosos manejando de modo privado asuntos hoy competencia de los organismos públicos, para los cuales trabajan. Ellos cuentan con un conocimiento del mercado y del sector muy favorable para su competitividad privada. Es momento de revisar si algunas funciones públicas, al trasladarse al sector privado, pudiesen tener una participación accionaria de los actuales empleados públicos. Es importante ir calculando cuánto sería la liquidación del personal que haya que despedir. Existen muchos puestos de trabajo innecesarios que son ocupados por personal que debe asistir a cumplir horario, cuando no son de confianza o que simplemente no acuden, mientras que cobran sueldo y son asignados para proselitismo del partido oficial de modo permanente. Si usted es un empleado de un organismo público y la labor que desempeña constituye una competencia directa a empresas privadas que efectúan la misma labor, quizás sea momento que usted reconsidere la pertinencia de cambiar de bando, del mismo modo como se lo estamos solicitando a los militares, y se una a la lucha de los emprendedores que queremos subsistir sin la teta del estado. Lo único que solicitamos es un cumplimiento a la normativa legal que tradicionalmente ha disfrutado Venezuela, antes que la corporación multinacional criminal llegara al poder.

Los emprendedores y los empleados públicos, que decidan en una nueva Venezuela unirse al sector privado, y proporcionar en nuevos emprendimientos los conocimientos adquiridos cuando desempeñaban funciones públicas, requerimos un manejo macroeconómico austero que proporcione superávit en las cuentas nacionales. Siempre es mejor conocer la cuantía exacta de las pérdidas incurridas, que seguir corriendo la arruga sin disponer de información. Esperamos ansiosamente que una vez instalada la nueva administración de Edmundo González Urrutia, su equipo económico incluya un nuevo director del Banco Central de Venezuela, autónomo, cuya función enfatice no emitir dinero inorgánico, combatir la inflación y generar la confianza necesaria para que las fuerzas de mercado converjan a un equilibrio en la tasa cambiaria. Los indicadores de desempleo serán más difíciles de interpretar, ya que será necesario despedir a personal redundante. Existen tareas que pueden ser efectuadas más eficientemente mediante la automatización y la Inteligencia artificial. Esos despidos requerirían adecuada indemnización para que los afectados dispongan de un capital propio, que les permita emprender sus actividades favoritas con probabilidad de éxito y crecimiento en el sector privado. Estos interesantes desafíos de la nueva Venezuela motivarán a la ciudadanía a estar de buen humor, optimismo y círculos virtuosos. Es necesario salir inmediatamente del régimen.

No podemos seguir obedeciendo instrucciones de altos funcionarios públicos, cuya visión en sus ministerios y organismos está completamente desfasada de las necesidades de sus empleados y del público en general, al cual dicen servir. La situación es idéntica al sector militar donde cabos, capitanes y tenientes ya no están en la obliglación de obedecer a coroneles y generales corruptos, adscritos a un Ministerio de la Defensa que propicia el fraude electoral. Durante octubre noviembre y diciembre emprenderemos formalmente el proceso de transición, entre el gobierno saliente y el gobierno entrante. Si el gobierno saliente no quiere salir lo tendremos que hacer salir a través de la comunidad internacional, y venezolanos de la diáspora quienes activamente se unen a iniciativas propicias para la intervención quirúrgica, requerida para extraer a quienes la ciudadanía venezolana ha dado la orden de desocupar instalaciones públicas de modo inmediato. Son ilegítimos y deberán pagar ante la justicia internacional. La Venezuela libre seguirá siendo conformada por personas que progresivamente caigan en cuenta que aún cuando pueden haber votado por la continuidad del régimen de Maduro, caigan en cuenta que no podrán vivir en sociedad impunemente, si siguen funcionando como cómplices de un fraude electoral.