Distensión fronteriza entre miembros de CELAC
En la Cumbre del CELAC en San Vicente y Las Granadinas se encontraron los presidentes de Guyana y Venezuela, quienes intercambiaron regalos diplomáticos lo cual no fue bien visto ni por el extremismo guyanés ni por el extremismo venezolano. Hay matrices de opinión de odio en ambos países interesados en el todo o la nada. Deploran que nuestros presidentes se saluden o intenten resolver una situación que heredaron desde tiempos coloniales. Todos sabemos que Venezuela desea hacer cumplir al pie de la letra del acuerdo de Ginebra. Todos sabemos que Guyana alega que el acuerdo de Ginebra establece recurrir a la Corte Internacional de Justicia por solicitud de Naciones Unidas, como último recurso. Una decisión de la Corte Internacional de Justicia que sea totalmente favorable a Guyana provocaría un desconocimiento inmediato, tal como ocurrió con Israel que también está desconociendo lo que dictaminó la Corte Internacional de Justicia en su caso propuesto por Sudáfrica. Mientras tanto Venezuela debe seguir presentando sus alegatos, pues aún no los conocemos. Venezuela ha sido muy opaca en difundir su estrategia legal y en solicitar adhesiones más allá del referéndum consultivo, que fue un evento de un solo día. El presidente de Guyana estableció que su territorio es de paz.
Lamentablemente no sabemos si cuando él habla de nuestro territorio, habla de la Guyana legítima al este del río Esequibo, o habla también del estado Guayana Esequiba que actualmente es ocupado y administrado por Guyana, y que es reclamado por Venezuela. Llamó la atención el respeto que Guyana tiene tanto hacia Brasil como hacia Cuba, que son dos de los Socios comerciales e ideológicos más afines a Venezuela. Irfaan Ali solicitó el fin del bloqueo a Cuba. Irfaan Ali solicitó el fin al genocidio en Palestina, y está consciente que no desea que eso ocurra en el Esequibo. Son puntos positivos a pesar de la desconfianza mutua. El extremismo no nos puede automáticamente imponer una desconfianza y rechazo absolutos. Sí hay que estar atento al desarrollo de estos acontecimientos en el día a día, y para ello tenemos un nuevo embajador de Guyana quien llegó a Caracas recientemente. Conmemoró el reciente aniversario de la independencia de su país en el panteón nacional, un homenaje a los restos de Simón Bolívar. El mundo diplomático venezolano está desconcertado: hay guyaneses que alegan que eso es positivo, que al enemigo hay que tenerlo desconcertado. Yo en lo personal no considero a Guyana un país enemigo, es nuestro vecino suramericano. La enemistad ha sido impuesta por los colonialismos que buscan separar nuestros petróleos y nuestros minerales.
Guayana Esequiba fue parte de la Gran Colombia. Guyana, Surinam y Guayana francesa junto con Brasil, Colombia y Venezuela debieran tener una alianza común muy fuerte con el CARICOM ya que es el norte de Suramérica y el Caribe. Constituyen el mismo territorio geográfico. El presidente de Bolivia le hizo notar a Irfaan Ali que la reciente incursión de un buque de Marina de guerra británico a Guyana y las conversaciones con el departamento de defensa de Estados Unidos para apoyos militares, o incluso una base militar en territorio esequibo son contrarias al mensaje de paz de Irfaan Ali. La respuesta de Irfaan Ali es que eran actividades programadas para seguridad regional. Pero no son actividades de seguridad regional consensuadas por la CELAC. La CELAC es un organismo muy joven y tal como dijo el presidente Maduro, debe establecer un mayor liderazgo en la región. Debe concertar una estructura, debe tener una secretaría general y debe tener reuniones de sus jefes de Estados semestralmente o anualmente donde discutan documentos y agendas de trabajo. Eso será positivo porque lograremos finalmente ingresar a Guyana más en el concierto de las Naciones latinoamericanas y del Caribe, como su nuevo territorio geográfico para siempre, en lugar de la herencia de la Mancomunidad británica de Naciones, lo cual a pesar de ser una nostalgia histórica válida por el colonialismo que ocupó a Guyana, ya no es un actor relevante en el mundo pluripolar de hoy.
Guyana y Venezuela aún tienen pendiente la construcción de las carreteras. Presidente Irfaan Ali, si usted está construyendo carreteras para comunicarse con Brasil, y dice que se quiere comunicar con todos sus vecinos, también debe construir carreteras hacia Venezuela. No sabemos cuál será el estado final de las fronteras entre nuestros dos países, ya que dependemos tanto de las gestiones de la Corte Internacional de Justicia solicitadas por Guyana, como de las conversaciones bilaterales y multilaterales enmarcadas en el acuerdo de Ginebra solicitadas por Venezuela. De la conjunción de todos estos mecanismos se definirán fronteras nuevas, que no necesariamente son las fronteras actuales. Lo que sí permanecerá constante es que el territorio Esequibo seguirá dividido entre Venezuela y Guyana. Necesitamos una carretera que pueda unir a Puerto la Cruz, Maturín o Ciudad Guayana con Georgetown y hay que atravesar el territorio Esequibo. Es inaudito que para poder ir por tierra haya que bajar a Boa Vista en Brasil, y luego cruzar por Lethem al sur del Esequibo, para luego regresar al norte hasta Georgetown. El presidente Irfaan Ali es un gran entusiasta de las carreteras y autopistas en el este de Guyana, y podría muy bien establecer un acuerdo binacional con Venezuela y con su presidente Maduro para mejorar las autopistas y carreteras de entre Guyana y Venezuela.
Nótese el ejemplo del puente de Tienditas, entre el norte de Santander y el estado Táchira: es una vialidad de excelente calidad para unir a las repúblicas hermanas de Colombia y Venezuela. Necesitamos algo comparable para unir las hermanas repúblicas Cooperativa de Guyana y Bolivariana de Venezuela, porque la integración regional, presidente Irfaan Ali, no es sólo con Brasil y con los estados insulares del Caribe. Es también con Venezuela, compartimos el escudo guayanés. Esperemos que la diplomacia de paz siga trayendo frutos de manera lenta, aún cuando seamos un continente de paz. Es necesario que nuestras fuerzas armadas se sigan mejorando. Tenemos el ejemplo de Brasil que tiene excelentes relaciones tanto con los Estados Unidos como con Rusia, y en su Armada podemos ver equipos bélicos producidos tanto por occidente como por oriente. Quizás por ello Brasil es hábil en la mediación entre Guyana y Venezuela, pues los vínculos occidentales de Brasil se ven plenamente reflejados en Guyana y los vínculos orientales de Brasil están plenamente representados en Venezuela y su solicitud de adhesión al BRICS. Mientras Venezuela siga desarrollando su industria armamentista con equipos de Irán y Rusia, y Guyana siga incrementando su industria armamentista con equipos de los Estados Unidos y Gran Bretaña, una vez consolidemos la celac y logremos mayores lazos de amistad entre Venezuela y Guyana, podremos hacer ejercicios conjuntos de defensa en la Guayana Esequiba que es nuestro territorio mutuo.
Podremos unificar los adelantos tecnológicos de los diferentes armamentos procedentes de diferentes partes del mundo, para poder defender a Suramérica de cuando el imperialismo intente despojarla otra vez de sus recursos, mediante la promoción de enemistades. Tal como lo han hecho históricamente Guyana y Venezuela, aún cuando es motivo de celebración que Guyana paulatinamente llega a la conclusión de retornar al acuerdo de Ginebra. No por ello Venezuela está obligada a erróneamente desaprovechar la oportunidad de defender nuestra contramemoria ante la Corte Internacional de Justicia. Nuestros argumentos jurídicos se basan en refutar la pretensión guyanesa que Venezuela entre 1899 y 1962 aceptó las fronteras determinadas en ese laudo irrito, ya que entre 1962 y 2024 Venezuela ha ejercido efectivamente su reclamación de forma tan contundente y tan notoria que ha sido necesario llegar al acuerdo de Ginebra. Eso no es suficiente que lo diga el presidente de la República en entrevista, eso lo tienen que decir nuestros abogados. Se puede jugar en varios frentes se puede jugar en el frente comunicacional, en el militar, y también en el legal.