De la esperanza a la desesperanza
La suposición inicial del plan de un suicidio colectivo en la Embajada Argentina, para motivar a que los venezolanos nos echemos a morir porque aún no hemos podido salir del régimen, debe ser modificada. Ahora se está manejando la hipótesis que, en realidad el plan sería que el huésped más débil de la Embajada Argentina, que en este caso sería Omar González, a quien se le acaban las pastillas necesarias para su supervivencia: fallezca. De ese modo se podrá solicitar a la comunidad internacional que inicien una guerra contra Venezuela: para auxiliar a los demás huéspedes que se niegan a abandonar la sede de la embajada.
A ese nivel de toxicidad han llegado las propuestas de quienes día y noche utilizan redes sociales para atormentar a la ciudadanía, con exigencias cada vez más inauditas. En Venezuela la eutanasia no ha sido aprobada. Por consiguiente será necesario que se promueva la salida involuntaria, de quienes se están echando a morir en la Embajada Argentina. Están generando una telenovela de muy mal gusto, y que sólo logra azuzar la enemistad, la polarización, los reconcomios y la ausencia de diálogo. Instamos nuevamente a los huéspedes de la Embajada Argentina a desocupar inmediatamente dichas instalaciones. Deberán iniciar un proceso de diálogo con el resto de la sociedad civil y política.
Posiblemente ellos desean permanecer fomentando un tóxico espectáculo, dentro de las instalaciones de la Embajada Argentina. Así podrán libremente seguir utilizando redes sociales, en granjas llenas de seguidores falsos, para tumbar cuentas y perfiles de todo aquel que no se ajuste a sus quijóticas exigencias. La instigación al conflicto promovida por los huéspedes, que no desean salir de la Embajada Argentina, será tomada en cuenta por un electorado que eventualmente reconocerá el valor de la reconciliación y el diálogo: tal como nos enseña nuestro presidente constitucional Edmundo González Urrutia.
Nuestro presidente Edmundo González Urrutia ha llegado al Aeropuerto Internacional Antonio José de Sucre en Quito, Ecuador. Ha sido recibido con toda la fanfarria musical del caso: honores militares de alfombra roja están a la orden del día. Nuestro presidente constitucional Edmundo González Urrutia ha sido recibido por la canciller del Ecuador. A tal efecto Antonio Ledezma ha efectuado declaraciones, las cuales fácilmente serían sacadas de contexto. Promete como una actividad importante la juramentación de Edmundo González Urrutia, en el Palacio de gobierno del Ecuador. Como sabemos una juramentación presidencial válida en Venezuela requiere ser efectuada en territorio nacional, o en una embajada, o barco, o avión de bandera venezolana. El palacio presidencial del Ecuador es territorio ecuatoriano: allí no se puede juramentar un presidente de Venezuela.
Lo que Antonio Ledezma dijo en otro video, que no fue tan divulgado como el video que sí fue divulgado, es que Edmundo González Urrutia se juramentará. Al igual que en todos los demás países que visita, dice que seguirá luchando junto con María Corina Machado hasta que se restablezca el orden constitucional en Venezuela. Este tipo de declaraciones confusas, propias de los políticos de la vieja guardia motivan el hastío de la ciudadanía por la política. Los mensajes son editados de forma tal que lucen como campañas de propaganda de desinformación. Quizás se está intentando insuflar a la gente de esperanza, lo cual es cada vez más difícil. Hemos abusado de metodología y recursos para esperanza, motivando a la desesperanza.
Se han producido declaraciones internáuticas de Jesús María Casal, quien en su momento fue el presidente de la Comisión Nacional de Primarias, quien ahora no está seguro de poder dialogar. Tomará una decisión una vez concurrido al evento de diálogo, programado para el miércoles 29 de enero de 2025, al cual concurrirán luminarias de la oposición, junto con el embajador de Suiza. Histéricos internautas, reacios al diálogo y dispuestos a permanecer en confrontación hasta la eternidad, deploran las declaraciones de Jesús María Casal. Inmediatamente le señalan que él es un colaboracionista y que va a acudir a un diálogo, y que la gente no quiere diálogo. La gente digna y heroica debería hacer como Omar González: echarse a morir sin salir de la Embajada Argentina, para no buscar pastillas en la farmacia. Lo más importante es la dignidad. Recuérdese que la gente buena es catalogada por los huéspedes de la Embajada Argentina como aquellos que no se doblegan, y la gente mala somos todos los demás pecadores.
Las redes sociales de los invitados al diálogo están calladas. Será interesante observar si el movimiento opiniático en dichas cuentas de redes sociales aumenta. Ello quitaría protagonismo al espectáculo de la Embajada Argentina, el cual está por cumplir un año y está próximo a llegar a su desenlace: es decir hasta el final. Mientras, el proceso de diálogo está apenas en su inicio. Será el detonante de la política venezolana durante los próximos 6 años, mientras esperamos que Edmundo González Urrutia decida algún día juramentarse, en alguna parte del mundo. Los venezolanos continuaremos nuestra campaña de abstención, ya que no vale la pena votar sin condiciones. Además, la voluntad expresada en las urnas difiere a lo que adjudican las autoridades del Consejo Nacional Electoral. Por ese motivo tampoco votaremos por candidaturas alternas, que se dicen de oposición pero en realidad convalidan al régimen. Nunca defendieron la Cobranza del Triunfo de Edmundo González Urrutia. Por consiguiente son aliados del chavismo: son parte del problema. Quienes tanto piden nuestro voto, recibirán como castigo que no votaremos.
Las elecciones internas del Gran Polo Patriótico las están vendiendo como si fuesen unas elecciones abiertas a toda la ciudadanía, sin embargo ese día lo tomaremos de descanso. Además la página web del Consejo Nacional Electoral sigue caída. Los registros de elector no existen: la página web inclusive ya ni siquiera aparece en los servidores y buscadores de internet. No tenemos desgloses mesa por mesa de elecciones pasadas, la opacidad es atroz. Hasta que no exista un cambio profundo en el Consejo Nacional Electoral que reconduzca a reinstitucionalización de la política venezolana, no tendrá sentido participar en ninguna elección. La próxima elección presidencial está planificada en Venezuela para el venidero año 2030. El nuevo presidente de la república sería juramentado el 10 de enero de 2031 de modo que el presidente constitucional Edmundo González Urrutia tiene 5 años y 11 meses para seguir viajando por el mundo, deplorando que no hay condiciones en Venezuela.
Todavía falta muchísimo tiempo para decidir si participaremos en las elecciones presidenciales del 2030. Aún no tenemos claro qué haremos en el resto del 2025, 2026, 2027, 2028 y 2029. Suponemos que en los viajes internacionales tan costosos, que efectúa Edmundo González Urrutia, a costilla de los erarios de los partidos de la mud: la comunidad internacional nos proporcionará indicaciones de qué debemos hacer. Los venezolanos estamos indefensos. Requerimos el auxilio de la comunidad internacional. No podemos hacer nada por nosotros mismos. No podemos votar porque nos roban las elecciones. No podemos protestar en la calle porque nos meten presos. No podemos emprender sofisticadas campañas de ningún tipo, ya que el socialismo nos ha dejado en la indigencia y sin recursos económicos.
Lo único que nos queda es seguir generando campañas de lástima, a través de videos y escritos gratuitos en redes sociales, los cuales deben ser diseminados a la comunidad internacional. La comunidad internacional siempre se deleitará, con las desventuras que proporcionamos los venezolanos quejones, que no hacemos absolutamente nada por salir de nuestra lamentable situación. Mientras tanto en la comunidad internacional prosiguen las deportaciones, desde Estados Unidos hacia los demás países, lo cual ha generado controversias especialmente con Colombia y su presidente Gustavo Petro.
La presidenta de México a su vez también ha cerrado la frontera norte, ya que no desea las caravanas de deportados generadas desde el interior de los Estados Unidos, y que contienen migrantes que no son mexicanos sino de otras nacionalidades. y México también sufre de la misma xenofobia que caracteriza a los Estados Unidos. No quieren más extranjeros en su territorio: únicamente quieren mexicanos. Estamos en un mundo en donde cada persona debe permanecer en su país de origen, ya que está sujeta a deportación automática nada más entrar al territorio soberano de otro país. En este contexto de todos contra todos, cada país es enemigo de todos los demás países. Estamos todos en un resguardo internacional de desconfianza y ausencia de diálogo.
Nadie quiere a nadie, en sintonía con la lamentable imagen de suicidio colectivo que quieren seguir posicionando los huéspedes de la Embajada Argentina, a quienes instamos nuevamente a salir por sus propios medios. Si permanecen allí.pudiesen llegar autoridades del régimen neototalitario e ilegítimo que preside Nicolás maduro, y serían desalojados a la fuerza, a pesar de lo que diga el resto de la comunidad internacional con el pretexto de salvaguardar sus vidas. Tampoco queremos promover el suicidio colectivo, ni la eutanasia ni la muerte inducida de ninguno de los huéspedes de la Embajada Argentina. Si alguno tiene problemas médicos deberá ser llevado a centros de salud, o deberá ser llevado a la farmacia para que adquiera sus medicinas de forma obligatoria. El primer deber de un ser vivo es mantenerse vivo y obedecer a su instinto de supervivencia. No puede ser que un propagandista político le quite a la gente los deseos de vivir, porque eso nos llevaría a los venezolanos a una campaña de desesperanza extrema, en la cual toda la población del país desee fallecer para emular a sus héroes de la Embajada Argentina, en lugar de luchar por su subsistencia hasta el final.