Crisis en el extremismo
Al existir posibilidad que sean levantadas las inhabilitaciones cambian completamente las opciones que tenemos. Hasta pocos días había una campaña por candidatos habilitados: se basaba en su habilitación y en la ausencia de un trámite de eliminar inhabilitación. Se buscaba captar electores que en este momento prefieren candidatos inhabilitados, para que migren a candidaturas habilitadas y ello no ha ocurrido. Quizás el foco ahora tenga que migrar al espectro contrario: los candidatos que serán habilitados durante las próximas semanas tendrán ahora que luchar por electores quienes hasta el momento prefieren candidatos que ya están habilitados. Las campañas de candidatos habilitados necesitan que los candidatos inhabilitados se mantengan inhabilitados. Porque si habilitan a los candidatos inhabilitados, las campañas de los candidatos que hoy están habilitados sufrirían una derrota. El único desenlace con cierta probabilidad de éxito sería lograr sumar a campañas de candidatos habilitados, junto con sus electores que prefieren a esos candidatos habilitados, en Unidad con campañas más exitosas de candidatos que ahora están inhabilitados pero que pronto serán habilitados.
Hay una crisis en el extremismo, cuya candidata ha abandonado sus filas y se ha incorporado al colaboracionismo. Los liderazgos menores del extremismo quedaron histéricos. No soportan la libertad de Alex Saab. Se sienten traicionados. Ahora parece ser que la candidata de hierro no tiene valores y principios, o mejor dicho quizás ella está cambiando de valores y de principios y se está adaptando a los valores y principios que ella debería haber tenido desde siempre. Los valores y principios que tenía de la intolerancia y la intransigencia rotunda negativa de diálogo eran repudiados por los colaboracionistas, y los colaboracionistas damos la bienvenida a la nueva actitud de diálogo de una candidata que ahora es repudiada por el extremismo. El colaboracionismo la tendrá que recibir si sigue modificando según los preceptos que nosotros como ciudadanía le exijamos, para otorgarle nuestra representación nacional en una candidatura presidencial. Recuérdese que la candidata del extremismo, que ahora desea incorporarse al colaboracionismo, necesita ser habilitada y ella sólo será habilitada si los colaboracionistas ejercemos suficiente presión ante los oficialistas quienes han sido nuestros aliados históricos para habilitarla. En los actuales momentos es difícil que una parte importante del colaboracionismo se una masivamente y lamente los esfuerzos para habilitar a la candidatura que venía del extremismo, porque quedan muchas rencillas abiertas todavía las cuales hay que sanar.
Hemos sido educados en la cultura del resentimiento. La misma candidata ha hablado acerca del resentimiento durante todas sus campañas, durante muchos años. Harán falta más acciones y más contundencia. Los extremistas que han sido dejados de lado deben darse cuenta que son desechables ya que en su mayoría viven en países que no tienen relaciones diplomáticas con Venezuela. Por lo tanto no van a poder votar y por lo tanto su opinión no interesa, porque ni meten ni sacan a nadie de la presidencia de la República. La candidata recién salida del extremismo, que está intentando abrazar al colaboracionismo, necesita muchos más pasos para asegurar un sólido apoyo colaboracionista, junto a los extremistas que se mantengan leales a ella podamos derrotar al oficialismo en las venideras elecciones presidenciales siempre y cuando sea habilitada. Y nuevamente para su habilitación hace falta ceder. Para su habilitación hace falta doblegarse para no partirse, y a quien no le guste eso que no siga la política que se dedique a otro oficio porque no se puede pretender que la política únicamente se nutra en valores y principios teóricos del extremismo.