Consensos entre guerreros del teclado
Pandemia obliga a políticos tradicionales a jugar en territorio de guerreros del teclado que nosotros dominamos desde hace años. Es imperativo aprovechar políticamente nuestra actual ventaja estratégica. Oficina de Asuntos de Organización Internacional del Departamento de Estado carece de representante político para organismos tales como la Organización Mundial de la Salud. Partido republicano, al afianzar relaciones en América Latina, tiene desafíos concretos para suplir tal rezago.
Reto para nuevos actores en liderazgo del mundo es inédito. Retrovisor hacia la historia sirve de referencia pero no es determinante para nuevos estilos de liderar. Equipos multidisciplinarios mundiales tendrán que tomar riendas no sólo ante el ataque del coronavirus, sino ante ineficacia de organizaciones multilaterales manejadas por funcionarios designados por regímenes totalitarios.
Venezuela requiere jalar mayor desarrollo social y cultural para llanos y Guayana, así se dejará de forzar tanto los servicios de Caracas. Se acortarían distancias. y se estaría en posición de vigilar adecuadamente recursos estratégicos. Nuestra capital debería quedar en o cerca de Caicara del Orioco, el sitio más céntrico del país.
Sector minoritario eran candidatos y sus misteriosas reuniones que efectuaban en sedes de campaña, con comunicación poco fluida entre partidos. Sector mayoritario éramos activistas que gratuitamente ondeábamos banderillas y repartíamos volantes. Nunca fuimos partícipes para estrategia. Cuando renovemos sistema electoral no necesariamente reubicaremos partidos viejos sino facilitaremos alternativas inéditas, ésas que surgen desde debates diarios entre guerreros del teclado.
Entorno de políticos tradicionales suele bloquear disidencias con demasiada frecuencia, por esa razón todas las candidaturas actuales generan desconfianza. Afortunadamente ellos no tienen el monopolio de las ideas que poco a poco la ciudadanía independiente va consensuando.
Rubén Rivero Capriles
Caracas, Venezuela
Fotografía Platón Newton, 40 Grados bajo el Sol