Compiten posturas en Mesa de la Unidad
Alternancia rotativa de partidos en la Mesa de la Unidad Democrática, como se conoce oficialmente ante el CNE a la Plataforma Unitaria, sería una manera idónea para la ciudadanía conocer las posturas particulares de cada partido que hace vida en esa plataforma: semanalmente, quincenalmente, mensualmente o en el lapso de tiempo que ellos decidan. Así lograremos comprender por qué existe tanta diferenciación entre los mismos.
La lamentable postura efectuada por María Corina Machado, de entregar a PDVSA como un botín de guerra, a empresas multinacionales de Estados Unidos, es una desesperada intención de emular a Irfaan Ali, quien exactamente hizo lo mismo: en el mismo lugar y el mismo día, sólo que de manera presencial. Posiblemente esté descalificada para hacer vida dentro de esa Plataforma Unitaria a futuro. Es ese tipo de actitudes, completamente ajenas a los intereses de seguridad Nacional de Venezuela, lo que motivó al régimen a expulsarla de la asamblea nacional hace once años. Podríamos debatir hasta el infinito si su inhabilitación fue o no fue legítima, pero lo cierto es que no es la primera vez que posiciona intereses extranjeros, de modo preferencial ante los intereses patrióticos.
Durante la campaña por la cobranza del Triunfo de Edmundo González Urrutia, el énfasis solía concentrarse en actores y actrices de la comunidad internacional. Lo podemos ver en programaciones de redes sociales, que casi siempre están manejadas por personas que no residen en Venezuela. Ha llegado el momento de venezolanización en nuestra política de oposición. Instaremos a la comunidad internacional para que nos acompañe, pero de un modo secundario.
En esta nueva rotatividad de la Mesa de la Unidad Democrática, se alternan: Un Nuevo Tiempo, con Primero Justicia, con el Movimiento por Venezuela, con Encuentro Ciudadano, con la causa R, con Voluntad Popular, con Acción Democrática. Las diferentes vocerías generarán un mensaje unificado. Aún cuando nos sabemos dividir, también es cierto que siempre nos sabremos reconstruir. Observaremos si Alianza a Un Bravo Pueblo y Vente Venezuela persisten en su divisionismo, o si entran en esta nueva etapa que emprenderá la Plataforma Unitaria: a la cual sugerimos que al menos no cambie de nombre esta vez, o que retorne a su nombre legítimo ante el CNE que es Mesa de la Unidad Democrática.
Hemos observado una entrevista por videollamada, entre los presidentes de la federación rusa Vladimir Putin y la República de Venezuela Nicolás Maduro: con objeto de los ochenta años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países. Vladimir Putin como siempre hizo alarde de historia. Recordó las estrechas relaciones que hubo entre Francisco de Miranda y la zarina Catalina, durante el siglo XVIII. Putin invitó a Nicolás Maduro a visitar Rusia en fecha 9 de mayo para la conmemoración de la gran batalla de la victoria rusa durante la Segunda Guerra Mundial. A ese evento también está invitado Donald Trump. De ambos acudir, sería el encuentro presencial entre Donald Trump y Nicolás Maduro en esa ciudad durante el mes de mayo, lo cual implicaría un reconocimiento explícito a la usurpación.
Los vicecancilleres de Rusia, China e Irán se reunieron en Pekín: con el objeto de establecer medidas para contrarrestar el embargo petrolero contra Irán. Estamos seguros que Venezuela se amoldará a las decisiones que allí se hayan tomado, puesto que Venezuela aprende de experiencias de otros países sancionados. Durante este mes de marzo aún estamos dirimiendo cómo en efecto ocurrirá la salida de Chevron. Hasta la fecha los buques petroleros siguen saliendo del puerto de Jose, en el estado Anzoátegui: rumbo a destinos internacionales como Estados Unidos y Brasil. Recordamos que en la licencia 41A solamente se podían procesar envíos hacia los Estados Unidos. En menos de tres semanas conoceremos el mecanismo exacto en el cual se cumplirán o se dejarán de cumplir las sanciones.
Mientras tanto, Venezuela dispondrá de un una amplia red internacional evasiva de sanciones. Los bancos centrales de todos los países venden bonos del tesoro estadounidense. Crecen las compras de oro. El metal precioso sube a máximos históricos. La desdolarización mundial, que tanto prometían los BRICS, al parecer en 2025 pudiese hacerse realidad: lo cual serían maravillosas noticias para Venezuela. Ya no tendremos la obligación de seguir cumpliendo con sanciones de Estados Unidos que vendrán.
Observamos discrepancias en discursos pronunciados por Marco Rubio y Donald Trump. Marco Rubio firmó, junto con los cancilleres del grupo de los siete en Canadá, un acuerdo condenando la invasión rusa a Ucrania, y exigiendo la integridad territorial de Ucrania. Donald Trump a través de su enviado especial Witkoff ha estado discutiendo con Putin: cuáles serían las condiciones impuestas por Rusia a nivel de territorios ocupados, que no desocuparán en Ucrania. Posiblemente las ciudades de Odessa, y otros puertos en el mar Negro antiguamente administrados por Ucrania, serán definitivamente ocupados por Rusia. Allí se está obligando a los ucranianos que se rindan, o serán ejecutados.
La región de Kursk ha sido ya totalmente liberada. Estamos a la espera del destino que ocurra a los soldados ucranianos, y mercenarios de países de la OTAN presentes en ese territorio liberado por Rusia, que había sido ocupado por Ucrania. Recordemos que Rusia ha dicho infinidad de veces, que no permitirá tropas extranjeras en su territorio ruso, o en territorio de Ucrania. Donald Trump reconoce que su labor de mediación es sumamente difícil. Existen muchísimos intereses, empezando por los intereses de Europa: que necesita rearmarse y necesita continuar la Guerra de Ucrania a como dé lugar. Esa guerra es la excusa perfecta para seguir imprimiendo deuda. Necesitan seguirle insistiendo a la población europea: que Rusia es una amenaza y que Rusia los puede invadir. El objetivo de Europa es la cesión de soberanía nacional, por parte de cada uno de los países: a favor de una burocracia que emitirá deuda. Continuará la guerra pase lo que pase.
Es interesante que el Reino Unido, luego de haberse separado políticamente de la Unión Europea, en la práctica está funcionando como su capital militar. El primer ministro Starmer nos recuerda mucho la actitud absolutamente beligerante, que tenía Joe Biden del partido demócrata. Ellos hablan tanto de derechos humanos y democracia, usan valores atractivos para las narrativas multiculturales vigentes: pero en la práctica se comportan como unos carniceros. Lo único que desean es mantener vivo el complejo militar industrial de los Estados Unidos y de Europa.
Seguimos en la cuenta regresiva de los aranceles. El Primer Ministro de Canadá está siendo enfático en el aumento de tarifas eléctricas hacia Estados Unidos. No descartaría cortes programados de electricidad, a regiones estadounidenses como: Michigan, Minnesota y Nueva York de continuar las tarifas, las cuales Trump ha dicho que mantendrá. Igual ocurre con México, que prosigue a toda velocidad sus convenios con China, para el canal interoceánico ubicado en el ismo de Tehuántepec. Algunas luchas contra el narcotráfico mitigarán las solicitudes por narcotraficantes. Ya los discursos guerreristas, que imponen sanciones, guerras y amenazas del ala dura de Marco Rubio: siguen chocando con los discursos más apaciguadores de mediadores como Richard Grenell. Witkoff es un mediador para el Medio Oriente, similar como Grenell es para Venezuela.
Witkoff y Grenell están ocupados de mejorar las relaciones con los regímenes de Irán y Venezuela, que son aliados formales de Rusia. Como sabemos Rusia está ganando la guerra con Ucrania: tiene el mayor territorio, junto con tierras raras que necesita Estados Unidos. Tiene más ojivas nucleares. No tiene tantos problemas internos domésticos: de una sociedad que se detesta mutuamente, como podemos ver entre demócratas y republicanos. Tampoco pierden su tiempo en defensa de Derechos Humanos democráticos, que pululan en la política interna de países occidentales: que no están logrando absolutamente nada sino mayores divisiones y frustraciones.
Sociedades occidentales han visto el declive de su civilización. Por supuesto también tenemos a la OPEP: que vigila el paulatino descenso de los precios del petróleo. Siempre jugará con ese precio para aumentarlo o disminuirlo, según los intereses de países petroleros. En lugar de satisfacer pedidos de países consumidores a Estados Unidos, ahora le convendría que el precio del petróleo suba, para poder efectuar inversiones petroleras en su territorio nacional. De lo contrario tendrá que seguir importando petróleo de países como Irán, Venezuela y Rusia.
Posiblemente transemos, en un futuro no muy lejano, formalmente el crudo en alguna moneda diferente al dólar. En la próxima reunión de los países BRICS, a ser efectuada en Brasil a finales de año, conoceremos mayores detalles de esta geopolítica novedosa del siglo XXI: que está echando por tierra las relaciones internacionales y monetarias, surgidas por el sistema Bretton Woods ya en decadencia. Donald Trump está consciente de todos estos cambios. Su lenguaje pendenciero busca garantizar un puesto para los Estados Unidos en todos estos intercambios. Sin embargo al recurrir tanto a los aranceles, está logrando unificación de los países que sufren efectos nocivos por aranceles: tales como Canadá, México y Europa que se alinean con países de línea dura como Rusia, Venezuela, Irán y Siria que padecen sanciones.
Los aranceles también funcionan como sanciones: la mayoría de la comunidad internacional logrará puntos de acuerdo en cómo contrarrestar a los Estados Unidos, de un modo similar a cómo los partidos de la Mesa de la Unidad democrática aquí en Venezuela seguirán consensuando, una vez pasemos la página de las elecciones regionales y municipales, en donde existe una diatriba entre votar o no votar. Se vaticina una derrota opositora aplastante, en donde el régimen controlará casi todos los espacios. La rotatividad de la Mesa de la Unidad democrática incentivará a que se discutan, metódicamente por turnos: las posturas de los que quieren pasar la página, y las posturas de los que no quieran pasar la página, así el país pase la página por ellos.
