Alternativas diferenciadas para candidaturas presidenciales

13.02.2024

Posiblemente es la primera vez que disponemos de esta galería tan diversa de candidaturas presidenciales donde por fin los venezolanos sí podremos elegir concienzudamente por la opción que más nos represente. En el pasado se practicaba la fallida estrategia de aglutinar a la fuerza a todos los votantes por una sola candidatura que imponía lineamientos, los cuales eran obedecidos sin chistar por la militancia, lo cual conllevó a muchas décadas de pugnas estériles entre sectores que cada día se detestan más. Para revertir esta lamentable situación es imprescindible una negociación. Los sectores extremistas que no quieren negociar, y que no quieren dialogar, se abstendrán de negociar y quedarán fuera del juego político. Los sectores que negocien llegarán a acuerdos y podremos ser partícipes en un proyecto renovado de país. Todas las candidaturas presidenciales recorrerán el país con módicos recursos, dando inicio a la conformación de fuerzas que tomará vida una vez elijamos una próxima asamblea nacional en años venideros. Con respecto al sector oficial, el presidente Nicolás Maduro ha reiterado su preferencia por el socialismo y las comunas, modelos de organización económica absolutamente rechazados por el presidente ruso Vladimir Putin, quien apoya la economía de Mercado y cuyo deseo era ingresar al concierto de las Naciones capitalistas y a su Alianza militar la OTAN.

Es importante que Nicolás Maduro comprenda que su principal aliado militar no es socialista, ni apoya comunas. Es un capitalista con proyectos vibrantes que está logrando una integración económica capitalista del Tercer mundo. Si Nicolás Maduro no es capaz de entender que su proyecto económico está completamente desfasado, inclusive entre sus mismos aliados, es importante que su organización con fines políticos designe a otra candidatura. Se ha formado una campaña de odio contra los candidatos presidenciales: el extremismo y el abstencionismo no tienen mejor cosa que hacer que buscar defectos y generar campañas de descrédito contra todo aquel que se inscriba como candidato a la presidencia de la República. Esta oposición abstencionista que hasta hace poco lideraba las preferencias de la ciudadanía, hoy se empeña en bloquear cualquier intento democrático por aportar ideas y organización para salir de la crisis. Están empecinados en generar situaciones de conflicto en la calle y en las redes sociales. Y nuevamente solicitan a la comunidad internacional que sea severa contra Venezuela. Es incomprensible cómo los financistas de las campañas electorales siguen despilfarrando sus fondos, aupando a personalidades tan grotescas y tan ajenas al verdadero desarrollo económico que precisa Venezuela. No es hablando mal de los aliados comerciales de Venezuela, no es hablando mal de la población de Venezuela que lograremos salir de esta crisis.

Es importante que sigan inscribiéndose candidaturas a la presidencia de la República. Aún no disponemos de suficiente pluralidad. Aún no se nos han presentado suficientes opciones para poder realmente elegir la que más nos convenga. Todavía estamos adoctrinados a una narrativa de unidad forzada, en la cual se nos obligaba a marchar y a protestar para enchufar a los organizadores de dichas protestas. Una vez que liderazgos emergentes buscan competir, las dirigencias obsoletas se horrorizan e inician las campañas de descrédito en contra del cambio. Los procesos de duelo incluyen cinco etapas: negación, ira, negociación, depresión y aceptación. La oposición abstencionista, quienes aún insisten en postular a una candidatura inhabilitada, imaginan que recurriendo a guarimbas o recurriendo a la comunidad internacional, tan ocupada en exterminar la ciudad de Rafah en el sur de Gaza. Allí casi dos millones de palestinos están enjaulados en una minúscula porción del sur de Gaza y no pueden entrar a Egipto, e Israel en este momento los está bombardeando. Ése es el tipo de problemas con los cuales debe lidiar la comunidad internacional. La comunidad internacional no será capaz de inscribir candidaturas en el CNE venezolano únicamente porque reciban muchas cartas efectuando esa solicitud.

Una vez concluido el período de negación empezará la fase de la ira. Aunque esa fase de la ira ya comenzó. En algunos casos podemos ver a los militantes de la oposición abstencionista iracundos, demuestran ira en todas partes. Sobre todo arremeten su ira contra las candidaturas habilitadas. La ira también provoca recibir respuestas de quienes, sin tener un plan, alegan que sí existe el plan pero está oculto. En un país donde suelen generarse chismes constantes, mantener un secreto muy guardado que involucre a tanta gente por tanto tiempo es prácticamente imposible. Posterior a la ira en las fases de duelo se produce la negociación: la candidatura inhabilitada tendrá que negociar con la Plataforma Unitaria para que pueda ser postulada otra persona con esa tarjeta. Tendrá que negociar con la militancia para que transfieran el apoyo a través del voto a esa nueva candidatura alterna. Dentro de esa negociación es posible que algunos factores elijan sufragar por alguna de las candidaturas habilitadas, recientemente propuestas. La cuarta etapa del proceso de duelo es la fase de depresión, en la cual los militantes de la plataforma unitaria considerarán recurrir a la abstención. Al pensar que absolutamente nada tiene solución, buscarán resignarse ante la atroz realidad que desperdiciaron casi dos años promovieron unas primarias, cuyos efectos cesaron.

Eligieron a una persona que se sabía de antemano que estaba inhabilitada. No la lograron habilitar. Ahora todos ellos están en una depresión masiva. Esperamos que esta etapa de depresión no sea tan larga. Finalmente el último proceso del duelo es la aceptación, en la cual los factores aglutinados en la Plataforma Unitaria aceptarán que nuevamente cometieron un error, que la estrategia que impusieron durante tantos años no fue la más adecuada. No lograron sus objetivos electorales de llegar a la presidencia de la República. Les tocará aceptar que migren su apoyo a otros factores de la realidad política, que estén más claros para lograr un cambio político en Venezuela. Necesitamos concentrarnos en el proceso, no en el candidato. Inclusive ciertas autoridades de la comunidad internacional están sugiriendo al respecto que es muy complicado concentrarnos en un proceso, y no en un candidato cuando culturalmente hemos sido muy mesiánicos. A lo largo de nuestra historia hemos brindado apoyo a cualquier figura de moda que gane encuestas. Esas figuras de moda se ahogan de tanta adulación, cometen errores, se nutren en la intolerancia, e inevitablemente se carcomen en la ineficiencia. No logran los objetivos por los cuales las muchedumbres los buscan. Es indispensable abocarnos al proceso que los venezolanos dialoguemos y negociemos entre las distintas facciones, en un ambiente de respeto, tolerancia y disminución de insultos, hasta que consensuemos la mejor forma de llevar a cabo este proceso.